Parteaguas

What? La inflación de EU ya casi alcanza a la mexicana

Los estadounidenses –quizás la población más consumista del mundo– están ahorrando y ese dinero se queda estancado en cuentas bancarias en lugar de dispersarse en la economía.

Marcó allá un 5.4 por ciento y de este lado 5.8 por ciento al cierre de junio. La inflación estadounidense ya parece mexicana y lo más interesante está en las razones, una de ellas coquetea con la demencia.

Puede el canciller Marcelo Ebrard abrazar a diario al mandatario argentino Alberto Fernández y juntos procurar la intención bolivariana de unir a Latinoamérica en una alianza migratoria. Pero cosa rara es la migración motivada por amores.

Los mexicanos no migran al sur de América salvo porque lo solicite quien los contrató. La realidad dice que la meta de muchos es cruzar el río Bravo hacia el norte. Del otro lado, los estadounidenses se aproximan a la conocida definición de locura usualmente atribuida a Einstein:

“Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”.

Sus empresarias y los dueños de negocios lamentan la falta de meseros, cocineros y choferes, un problema que ya contagió a la inflación, mientras sus policías corren a apresar candidatos potenciales.

“Menos de la mitad de los dueños de pequeños negocios pueden encontrar trabajadores”, advierte en su encabezado un artículo de la poderosa Cámara de Comercio de Estados Unidos, firmado este mes por Thaddeus Swanek y disponible aquí: https://bit.ly/2TGoKTP.

En lo que allá piden auxilio y Ebrard devora un alfajor, los texanos ya pasaron de las detenciones y confinamientos a los arrestos y encarcelamientos de inmigrantes ilegales mexicanos y centroamericanos.

Políticamente funciona para funcionarios como el gobernador Greg Abbott eso de contener a miles de personas que añoran llenar esos puestos vacantes.

Pero la economía no se detiene a ver resultados de elecciones. Los hoteles o restaurantes no pueden abrir al máximo o cierran definitivamente, debido a que no encuentran personal. Muchos estadounidenses prefieren quedarse en casa recibiendo 300 dólares semanales que les entrega el gobierno.

Algunos temen salir a contagiarse en una pandemia que no acaba. El problema no es solo para pequeños negocios, y ayer Mcdonald’s lo hizo evidente:

“Sigue siendo un entorno desafiante la contratación de personal, no solo en los Estados Unidos, también lo estamos viendo en Europa, en donde es un desafío en parte debido a algunas de las limitaciones del movimiento de personas a través de las fronteras”, reconoció a analistas Chris Kempczinski, presidente de la más famosa cadena de restaurantes de hamburguesas.

Los comercios aumentan salarios para atraer trabajadores, lo que deriva en la elevación de precios de los productos o servicios que ofrecen las empresas para las que trabajan.

Esas carretadas de dinero provienen de préstamos solicitados por el gobierno estadounidense que desde la administración de Donald Trump ha repartido más de 2 billones (trillions) de dólares en beneficios para negocios y para la población para que los gasten literalmente.

Pero ha ocurrido algo impensable: los estadounidenses –quizás la población más consumista del mundo– están ahorrando y ese dinero se queda estancado en cuentas bancarias en lugar de dispersarse en la economía.

Ese análisis proviene de los economistas de la Cámara de Comercio de Estados Unidos.

“Ahora hay más de 2.5 billones en ahorros en exceso acumulados en cuentas bancarias desde marzo de 2020 a la espera de que los consumidores gasten”, expusieron Neil Bradley y Curtis Dubay, principales analistas económicos de ese gremio que agrupa a las principales empresas de la mayor economía del mundo en un artículo titulado: ‘Deberíamos tomarnos en serio la amenaza de una más alta inflación’, mismo que alude el regreso a una situación similar a la del inicio de los ochenta en ese país. https://bit.ly/3f5b6kw

Una posible solución la tienen a mano, pero ayer el texano Abbott a nombre de muchos que añoran la era Trump, ordenó la intervención de la Guardia Nacional para arrestar inmigrantes.

“Para responder a este desastre (migratorio) y asegurar el Estado de derecho en nuestra frontera sur, se necesita más mano de obra”, demandó el Republicano. Habremos de ver el desenlace de esta historia.

El autor es director general de Proyectos Especiales y Ediciones Regionales de El Financiero.

Fe de erratas:

Ayer, la columna Parteaguas publicó que la participación accionaria de FEMSA en Heineken es de 8.63 por ciento. La empresa mexicana sostiene que la cifra correcta es 14.8 por ciento.

COLUMNAS ANTERIORES

Una mujer a prueba del futuro
Bitcoin mata oro

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.