Parteaguas

RE: AMLO va contra sus paneles solares

El asunto de fondo es lo que al final sea aprobado, que quedará sujeto justamente a la ‘interpretación’ de quien aplique una legislación que sustituya la vigente.

Ayer publiqué en este espacio la amenaza latente de cancelación que pesa sobre contratos de compraventa de electricidad entre la CFE y particulares.

Repito el texto de la iniciativa presidencial que motivó ese comentario y que de ser aprobado por los legisladores quedará como sigue:

“Conforme a lo dispuesto en los artículos 25, 27 y 28 constitucionales de este Decreto, se constituye al Estado en el responsable del Sistema Eléctrico Nacional, por lo que el mismo día de la entrada en vigor del presente Decreto, se instala dicho sistema en los términos siguientes:

a) Los permisos de generación eléctrica otorgados y los contratos de compraventa de electricidad con el sector privado, se cancelan, así como las solicitudes pendientes de resolución”.

Reitero hoy también que se trata del artículo segundo transitorio de la propuesta de reforma presentada la semana pasada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Publiqué que los sistemas de paneles solares instalados por particulares quedan entonces expuestos a lo que se decida en el Congreso.

A propósito de mi opinión recibí comentarios de calidad diversa.

Los que me ocupan ahora son particularmente los que vinieron de comercializadores de paneles solares que me respondieron entre otras versiones, la siguiente que reproduzco textualmente:

“Leí tu nota en El Financiero y considero que el mensaje no es preciso ya que el alcance técnico-jurídico es incorrecto”.

“De conformidad a la Ley de la Industria Eléctrica esto se denomina generación distribuida, cuando sistemas de esta naturaleza no excedan de 500 kilowatts o en número de paneles unos mil doscientos. La Ley señala que no requieren permisos de generación los sistemas de generación distribuida, que se considera exenta. Por lo tanto no pueden cancelar permisos que no se requirieron o no se tramitaron en un principio, dejando a la generación distribuida fuera del alcance del párrafo que mencionas”.

“Ahora bien, si te refieres a los contratos de interconexión o contraprestación, estos no son contratos de compraventa de energía tampoco y quedarían fuera del alcance del mismo párrafo que señalas. La misma Ley de la Industria Eléctrica dice que no se consideran comercialización. La generación distribuida no se toca en la iniciativa de reforma”.

Queda aquí de manifiesto la interpretación que hace una persona que trabaja todos los días con sistemas fotovoltaicos. Espero que él tenga razón.

A él y a otros lectores, les dejo este otro párrafo contenido en la iniciativa presidencial, para la reflexión, solamente: “La instrumentación del sistema eléctrico que se plantea en esta iniciativa, requiere la cancelación de todos los permisos de generación eléctrica otorgados y los contratos de compraventa de electricidad –y, atención a esto–, así como las diversas figuras de generación privada y las solicitudes pendientes de resolución”.

Algunos me expresaron su confianza en que la nueva legislación, de ser aprobada, sólo aplicará a grandes generadores, no a los pequeños.

Asumo que quienes defienden los ajustes a la ley, piensan que por juzgar parejo, pero sólo a los grandes, entonces el impacto es aceptable. En México, a los campeones se les mete la pierna, avancen o no limpiamente en el campo.

El asunto de fondo es lo que al final sea aprobado, que quedará sujeto justamente a la ‘interpretación’ de quien aplique una legislación que sustituya la vigente.

El presidente quiere que, previa autorización de diputados y senadores, la nueva ley sea aplicada por Manuel Bartlett Díaz, en la CFE, que en la práctica se constituiría en la máxima autoridad de la industria eléctrica. De su interpretación legal dependerá el abasto de todos.

Con frecuencia, cada vez que hay apagones, Bartlett se queja de la inestabilidad que provocó en el sistema eléctrico la generación de energía mediante el sol y el viento.

Esa queja está presente en toda la iniciativa.

El equipo directivo de la CFE, al parecer, asume que la única energía confiable es la procedente de la quema de combustibles y de las hidroeléctricas que, en el caso de estas últimas, siempre estarán limitadas por la orografía nacional.

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