En Monterrey no preguntan si uno gusta del futbol. A la primera reunión en la que cae un ‘foráneo’, algún individuo portador de una mezcla de whisky y Topo Chico en mano, suelta sin miramientos: ¿Tigre o Rayado? Guarden en su corazón al rebaño sagrado, en Nuevo León solo hay dos banderas.
Es una cultura relativamente homogénea que gusta de la Coca Cola, no de la Pepsi. Pide su nieve de La Sultana y compra la carne en San Juan o en La Ramos. A la cerveza le dicen cheve, no chela, y cuidado con llevar Corona a la fiesta. Allá, Grupo Modelo solo pudo entrar con Bud Light. ¿Qué cemento compran los regios? La duda ofende…
Sobre el pecho de cada jugador felino solo destacan dos logos: el de su equipo y el de Cemex.
¿A qué viene esto? Al patrocinio que ayer divulgó oficialmente el Club Tigres de futbol, por parte de Bitso, la empresa de Pablo González.
La aritmética es sencilla: Bitso tiene 3.3 millones de clientes y los Tigres, hasta ayer, 2.7 millones de seguidores en Twitter e Instagram que aún no tienen un exchange de monedas virtuales y que podrían conformar un ejército de cuentahabientes de la plataforma mexicana hecha para comprar bitcoin, ether, chiliz...
Estos tres son activos a la venta a los que la gente gusta llamar, justamente, ‘criptomonedas’.
El primero es suficientemente famoso y fácilmente encontrarán información en internet, pero el segundo y tercero lo son menos. El ether es útil para vender, por ejemplo, obras de arte digitales en línea.
Es simple, viendo un par de videos en YouTube es posible aprender en 15 minutos a asociar una imagen con un ether y luego ponerla a la venta usando una aplicación en internet. Aunque no lo crean, hay mucha gente que paga miles de dólares cada día por eso y entrar al mercado es increíblemente fácil. Varias colecciones de arte de estas características ya cotizan en millones.
Luego está el chiliz, creado por Alexandre Dreyfus, útil para comprar tokens de equipos de futbol.
Aquí expuse previamente que los equipos Santos y Atlas ya se preparan para lanzar sus tokens de ‘edición limitada’ en afán de hacerse de ingresos por su venta y por conseguir aficionados fieles que tomen decisiones cosméticas en esos equipos.
Los directivos de futbol mexicano están profesionalizando el negocio, particularmente en el norte de México, en donde Sinergia Deportiva administra a los Tigres que defienden los colores y el estadio de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Mauricio Culebro es economista por la Ibero y tiene un MBA por Cox School of Business en Southern Methodist University. Es también presidente del equipo nuevoleonés.
Trae siempre cerca del hombro a Mauricio Doehner, quien es su enlace con Cemex. Este último es un economista por el Tec de Monterrey, que pasó por el IPADE y por Harvard Kennedy School.
Seguramente aman la camiseta, pero dejan las pasiones en el locker cuando se trata de hacer rentable el equipo. Pueden apostar a que ambos están al tanto de oportunidades por la vía de los tokens.
Es muy posible que uno de ellos o ambos hayan hablado con Dreyfus esta semana. El líder de Socios.com tiene en su clientela una lista que parece colección de banderines en un bar:
Paris St. Germain, Juventus, AC Mlan, Inter de Milan, AS Roma, Bologna, Napoli, Arsenal, Aston Villa, Everton, Leeds United, Manchester City, At Mineiro, Corinthians, Flamengo, Sao Paulo y 24 equipos de la NBA de Estados Unidos.
Pueden dar por hecho que el patrocinio con Bitso no se limitará a llevar esa marca en la camiseta o en algún lugar del camión de Tigres. Sus líderes analizan todas las opciones de negocio que brindan los criptoactivos. Mientras, Pierre Gignac promueve el bitcoin que regalará el equipo. A propósito, me enteré de que dos chilangos, uno que vive aún en la Ciudad de México y otro en Mérida, trabajan en proyectos separados para hacer transacciones de bitcoin usando inteligencia artificial en ánimo de ganarle al mercado. Prometo traerles la historia.