Ya va a acabar el primer trimestre y no hay ‘unicornios’ nacidos este 2022. El año pasado nacieron seis de estos en México y la expectativa respecto a este año empieza a inquietar.
Bitso, Incode y otras cuatro empresas de mexicanos alcanzaron una valuación individual superior a mil millones de dólares el año pasado, lo que les confirió la etiqueta del mítico animal.
Con la invasión de Rusia a Ucrania surgió la guerra, la caída de la economía de Vladimir Putin y con eso, una incertidumbre de tamaño inesperado.
El valor de las empresas estadounidenses bajó entre 10 y 18 por ciento este año, de acuerdo con los índices Dow Jones, que contempla a las más tradicionales y el Nasdaq, de las tecnológicas, respectivamente.
¿Acaso los emprendedores pueden crear compañías que esquiven la realidad de esos enormes mercados de referencia?
Hay señales que generan optimismo, pero a la par de ellas, fórmulas que permiten a las startups ganar reputación de resistencia. Incluso de adaptación a los cambios.
Entre las pistas positivas para los mexicanos está justamente el indicador que muestra cómo se comporta el valor de las grandes empresas nacionales: el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa.
Si bien cayó al inicio del año, hasta el viernes mostraba que había regresado al nivel del final de 2021, por lo que a decir de este dato, los inversionistas muestran confianza en el comportamiento de las ventas de esas 35 compañías más relevantes de México, que dependen en buena medida de la economía mexicana y de la estadounidense.
Alsea, la gigante dueña de restaurantes como Starbucks y Burger King, o el industrial Grupo Alfa, poderoso dueño de fábricas de autopartes, petroquímicos y de marcas de alimentos como Fud, forman parte de esa élite de compañías nacionales.
Las startup o empresas de reciente creación apenas aspiran a esa dimensión y esperan que los millonarios mexicanos inviertan en sus ideas o proyectos en afán de crecer.
Hasta el año pasado, el mayor apoyo en términos económicos vino en realidad de afuera. Fue la apuesta de Tiger Global, entre otros, lo que permitió a Bitso convertirse en Unicornio.
Entre los equipos locales Diego Serebrisky luce optimista de que vienen más en camino. Él y Rogelio de los Santos son fundadores de Dalus Capital, uno de los fondos mexicanos inversionistas que sí influye en el mercado nacional del venture capital o de capital emprendedor, creador de empresas disruptivas.
En su portafolio destacan la fintech’ Kubo Financiero y el unicornio Clip, que alcanzó el valor de más de mil millones de dólares por crear un sistema que permitió a los ‘changarros’ cobrar con tarjeta de crédito con el uso de un pequeño dispositivo naranja conectado a cualquier smartphone.
Pero Serebrisky está ahora a la ‘caza’ de empresas que consideren criterios ESG en su modelo de negocio. La E, de medio ambiente o environment; S, de impacto positivo en la sociedad; G de gobierno corporativo, que no es más que el cuidado de los accionistas de su propia empresa por medio de decisiones éticas.
La razón es sencilla: esas compañías tienen más posibilidades de durar. El público cada vez es más demandante, principalmente en lo concerniente al cuidado del ecosistema y de la equidad de género, por ejemplo.
Entre sus inversiones está Algramo, una startup chilena que vende productos a granel en afán de reducir el consumo de envases plásticos de un solo uso, que en la mayoría de los casos no son reciclados y terminan en una barranca o en el océano.
Pero otra más puede ser aún más transformadora: en Estados Unidos, quien tenga un terreno forestal puede ahora recibir dinero, siempre y cuando lo cuide.
Es NCX la creadora de ese esquema y es otra de las apuestas recientes de Dalus. La compañía reduce la burocracia de los ‘bonos verdes’ por medio de un mercado paralelo en el que grandes empresas pagan a dueños de áreas naturales en afán de que las conserve. Las revisiones de cumplimiento las realiza con información satelital, sin papeleo.
Las nuevas empresas que vigilan indicadores ESG tienen este año una mayor posibilidad de alcanzar el valor de unicornio… de ayudar con el principal problema actual de la gente: el cambio climático y de paso, de continuar la racha.