Tú, ustedes que leen, van a hacerse viejos en el mejor de los casos.
Hoy, quizá su tía o su abuelo batallan para usar el smartphone, pero ustedes probablemente no sabrán utilizar aparatos que serán lanzados en unos años.
Aquellos que buscan oportunidades, anoten este término: ‘gerontotecnología’. ¿Si existe una industria creciente de cuidados y aparatos para adultos mayores, por qué no debe haber una en el mundo digital? Eso hay que explicarlo.
Primero, conviene entender lo que viene. Ayer en Cancún inició un congreso de dos días llamado LATAMICT22, organizado por Huawei; ICT refiere las tecnologías de la información y las telecomunicaciones, y el evento referido se enfoca este 2022 en Latinoamérica.
Lo que está por llegar es un enorme negocio de casi 3 billones de dólares (trillions).
La 5G es el nuevo terreno de juego, destacado este jueves en el marco del encuentro por Daniel Hajj, director de América Móvil. Claro, él vende ese servicio de acceso al internet y por supuesto, aprovechará. Pero hasta hoy, quienes hacen el mejor negocio no son Telcel o ATT, que cobran por los datos.
Claro que ellos hacen dinero, pero los mayores ingresos y ganancias son para quienes aprovechan ese sistema para vender tecnología, como Google, por ejemplo.
Hajj detalló que hasta este mes, las 18 ciudades más grandes de México –que incluyen a 48 millones de personas– tienen ya 5G, y hacia el final del año serán más de 120 las poblaciones que cuenten con esta opción.
¿Y eso qué? Para entender rápidamente lo que eso significa recuerden la última vez que estuvieron en un concierto o en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Es un problema ver video en el celular. Los mensajes salen lentamente y es casi imposible bajar una canción de internet.
Sucede que montones de smartphones están ‘en fila’ tratando de enviar o recibir datos en una antena cercana.
Hajj dijo que con la 5G es posible dar servicio hasta a un millón de dispositivos por kilómetro cuadrado. No hay estadio o aeropuerto que reúna a tanta gente.
La latencia en 5G es de un milisegundo, añadió. De ser cierto, ese paso de un dato de un lado a otro tarda menos tiempo que el que toma al cerebro darse cuenta de que va a recibir una cachetada, luego de que el de enfrente levantó la mano.
Lo que eso provocará es que conectemos más aparatos. Hoy a nadie sorprende ver que una persona conecta al internet su celular, un smartwatch y unos audífonos inalámbricos.
Ahora abundan los aparatos que hacen las casas ‘inteligentes’, llegan los lentes con cámaras laterales que Ray-Ban construyó junto con Facebook para tomar fotos, y los dispositivos que advierten a familiares cuando el abuelo que vive solo, se cayó y no se ha movido en varios minutos.
Y ese es el punto que destacó ayer Patricia Morsch, especialista en ‘envejecimiento saludable’, quien dedica buena parte de su tiempo a combatir el ‘edadismo’, una discriminación presente en el mundo digital, que algunos perciben cuando sienten que el internet funciona solamente para los más jóvenes.
La creación de proyectos y aparatos útiles para prolongar la capacidad funcional de las personas es, a decir de los asistentes al LATAMICT22, un negocio poco explorado con un mercado lógicamente creciente.
Es la gerontotecnología, dijo.
Morsch citó entre otros, el caso de +Simple, una plataforma de Buenos Aires diseñada para que las personas mayores encuentren herramientas digitales que faciliten su vida cotidiana. Pueden leer el diario, comunicarse con la familia y amigos, utilizar la web y las redes sociales, hacer nuevos amigos, asistir a eventos…
El evento organizado en Cancún revela la nueva dimensión que abrirá la red 5G, que romperá la barrera sensorial que hoy se limita a ver una pantalla, sea de smartphone o de otro tipo. La realidad aumentada permitirá realizar cirugías y reparaciones mecánicas a distancia, entre otras ventajas.
Con ese propósito, Huawei, el proveedor de infraestructura de telecomunicaciones con mayor participación de mercado en México, invierte 20 por ciento de sus ingresos en innovación y desarrollo. Vienen nuevos aparatos, nuevas ideas y nuevos negocios.
El autor es director general de Proyectos Especiales y Ediciones Regionales de El Financiero.
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