España no figuraba. Hasta hace unos 10 años había sido una nación que se benefició del dinero otorgado por sus vecinos y de los negocios que pudo amarrar en Latinoamérica para sus bancos y constructoras.
Ahora son los españoles y no necesariamente las empresas españolas, las que parecen guiar esa economía. Ese factor provocó que aceleren en un momento de letargo para otras regiones.
Allá invertirán 12 mil 400 millones de dólares en el desarrollo de microchips y semiconductores de acuerdo con su primer ministro, Pedro Sánchez; es más o menos lo mismo que México invierte en producir más gasolina y diésel, reformando y construyendo refinerías.
Los primeros son dispositivos miniatura usados en smartphones y en todos los electrónicos; urgen a la economía desde hace dos años. Los segundos podrían sobrar en un mundo que se electrifica rápidamente. Pronto abundaré sobre eso.
Coursera es líder en el entrenamiento de gente a través de internet, y en un reporte liberado esta semana, llamado Global Skills Report, explicó detalles del asunto.
Argumenta que los estudiantes en España están adoptando tecnologías en la “frontera de la innovación”.
“Están sobrerrepresentados en áreas de tecnología de punta que incluyen bioinformática, blockchain y visión artificial. Los líderes empresariales que buscan trabajar en estas áreas deben buscar contratar trabajadores en el país”, advierte la compañía estadounidense.
Se basa en hechos registrados, tales como anuncios de inversión recientes, pero también en los cursos que estudian las personas provenientes de ese territorio.
Está entre los países ‘vanguardistas’, un grupo principalmente europeo con ingresos per cápita de 34 mil dólares anuales, unos 700 mil pesos. La oportunidad de crecimiento en esas naciones está en invertir en las habilidades requeridas para inventar lo que viene, en tecnología de nueva generación.
Supera la situación general de Estados Unidos y de Canadá, ubicadas de acuerdo con este análisis entre los países ‘competitivos’, un calificativo que comparten con regiones asiáticas cuyos habitantes promedian 20 mil dólares o poco más de 400 mil pesos por año y que aún deben perfeccionar a su gente para que puedan tomar ventaja de nuevas oportunidades de trabajo.
En esa zona hay excepciones específicas, como la del estado de California, cuya gente sí está categorizada de modo individual entre las poblaciones más avanzadas.
¿Y cómo perciben a México? El estudio lo ubica entre los países ‘rezagados’, principalmente ubicados en África Subsahariana, con ingresos de 5 mil 400 dólares, que aún enfrentan el reto de que la mayoría de la gente comprenda y participe de la economía digital. Hay excepciones en pequeñas zonas, como Guadalajara, apunta la investigación.
Coursera refiere que en estas naciones es indispensable la diseminación del lenguaje de la nueva economía, términos como blockchain que aún resultan lejanos para muchos, pero que ya son comprendidos en términos generales en muchas comunidades europeas.
“Como una economía orientada a las exportaciones, México se destaca en la manufactura, incluidos los automóviles y la electrónica. Sin embargo, es posible que el país enfrente un futuro difícil, ya que ha adoptado la producción de combustibles fósiles en lugar de las energías renovables”, explica el documento.
“Vulnerable a los cambios en la cadena de suministro, no ha adoptado ampliamente la inteligencia artificial y la automatización en la fabricación”, reitera.
Coursera se convierte de a poco en distribuidora de entrenamientos diseñados por compañías como Google y Meta para que la gente comprenda habilidades para administrar la información de compañías y la seguridad de la misma en la nube.
Es una característica que no es exclusiva. La comparte con la sudamericana Crehana, cuyo nicho ahora está en la firma de contratos con Pepsico o HP, para entrenar a su personal en habilidades que les permitirán mantener su liderazgo de mercado.