Parteaguas

¿Es hora de volar a Europa?

Un vuelo redondo suele estar bien por encima de 15 mil pesos. Solo uno de cada cinco connacionales tiene ingresos mensuales superiores a esa cifra.

Para los mexicanos comunes no es asunto sencillo viajar a Europa. Un vuelo redondo suele estar bien por encima de los 15 mil pesos. Solo uno de cada cinco connacionales tiene ingresos mensuales superiores a esa cifra.

La cosa se complica cuando se trata de una familia. Si un solo miembro paga el viaje digamos, de tres personas, al menos en avión el aumento en esa inversión transatlántica es exponencial.

Pero en los hechos, pasó lo peor de la pandemia. Varios gobernantes ya dijeron que use cubrebocas solo el que quiera hacerlo. Somos libres, nuevamente.

Y para fortuna de los habitantes de este lado del planeta, el euro está barato y la libra, ni se diga. ¿Cuánto durará eso? Vamos por partes.

Ayer, cada ejemplar de la moneda europea costaba 19.53 pesos. Eso es menos que un dólar que cotizó el martes casi en 20.40 pesos. El euro, durante el ataque del COVID-19 llegó a costar más de 27 pesos por los días de la primavera de 2020.

Ni se podía viajar en esas fechas de confinamiento, pero sirve el dato para anécdota.

Caso similar, el de la moneda de los aislacionistas ingleses que llegó a costar 30.90 pesos en abril de hace dos años y ayer, miren nomás, cotizó en 21.80 al cierre de la edición de esta columna. Eso es 20 por ciento menos que hace un año.

Para todo fin, Europa occidental y la tierra de los autores del “Brexit”, portan una etiqueta de descuento. ¿Solo hoy?

A decir verdad, aún no parece haber cambios significativos en el precio de los vuelos, no todavía. La demanda de todos aquellos que se sintieron atrapados por años, literalmente, desborda los asientos disponibles.

Pero lo que sí es más económico es la comida, por ejemplo, cuando se traduce a pesos.

Seis churros con chocolate caliente de San Ginés, en Madrid, cuestan 4.90 euros, que no completan ni 100 pesos mexicanos. Una salchicha “thüringer rostbratwurst” en el Prater de Berlín, 3.95 euros; 8.95 en total, si suman medio litro de cerveza. Eso puede ser más barato que unos tacos al pastor con una Corona, en la Condesa.

También puede haber ahorros en la pernocta, particularmente para quienes buscan alojamiento en hoteles pequeños o a través de Airbnb. Hasta ayer estaba disponible un bonito estudio para dos personas en Fulham, Londres, por el equivalente a mil 900 pesos por noche.

Con vaivenes, pero el superpeso se mantiene a la par con el poderoso dólar estadounidense desde hace un año, en buena medida porque México está atado a la relativamente estable economía de sus vecinos norteños, amén de una destacada labor del Banco de México.

Hasta ahora, los mexicanos están haciendo su parte… ¿Así que por cuánto tiempo puede mantenerse este poder de compra internacional?.

Como expuso ayer Enrique Quintana en su columna Coordenadas, desafortunadamente el futuro nacional no tiene el volante ni los pedales en la casa.

Ya pasamos por el lío de la pandemia que restringió la oferta de casi todo a partir de confinamientos intermitentes en todos los países, pero principalmente en China. Luego, la guerra rusa en Ucrania que descompuso los precios del petróleo y la energía en general.

Ahora viene el lío inglés, en donde murió la reina en mal momento, cuando llegó una primera ministra que entre sus primeras acciones estuvo la de perdonar impuestos a los ricos.

Para colmo, Liz Truss debilita lazos con Estados Unidos, con China y reafirma el rompimiento británico con la Unión Europea. “Su Reino Unido parece decidido a no tener amigos”, apuntó el influyente columnista Martin Wolf, en el Financial Times. Eso motiva a sacar dinero de ahí.

En el horizonte, ahora se asoma el ascenso de la ultraderecha italiana que puede traer más problemas… y eso ocurre en el continente más maduro.

La señal actual: luce abierta una ventana para quien tenga manera y el sueño de darse una vuelta del otro lado del Atlántico. Es difícil saber cuándo podría cerrarse.

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