Parteaguas

Y ahora a Yucatán le van a dar gas… (II)

En Yucatán hay un cambio fundamental en gestación que puede detonar un crecimiento económico todavía mayor en esa región del sureste.

A Mérida le nacen más parques de árboles, que de los industriales. Pero hay un cambio fundamental en gestación que puede compensar las cosas y detonar un crecimiento económico todavía mayor en esa región del sureste.

Thó, le llaman al más reciente. Es un parque recreativo de ocho hectáreas en construcción, lleno de áreas verdes, ubicado en la parte noroeste de la capital yucateca, en la zona de Altabrisa. Lo anunció esta semana el alcalde Renán Barrera Concha.

Thó es el nombre maya que tuvo esta ciudad antes de ser colonizada y es también el nombre de un pájaro azulado cuya peculiaridad radica en haber recibido una suerte de péndulo, en lugar de cola.

Antes de éste, el gobernador Mauricio Vila reveló la construcción de La Plancha, otro gran parque ubicado en el centro de la ciudad, atrás de una antigua estación de trenes a donde debió llegar el Tren Maya, que parará en la periferia.

Si bien los lugareños confían en que algo bueno dejará ese tren, reciben ya las mieles de una plusvalía que no cesa en sus casas, gracias en parte a los parques.

Lo que quizás está menos visto es lo que puede llegar por la vía de un larguísimo tubo que casi nadie puede ver y al cual ayer hicieron referencia el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

“Está invirtiendo para hacer un gasoducto en el Golfo de México, es una inversión cuantiosa, porque va a significar abastecer de gas al sureste de México”, dijo el mexicano con relación al proyecto de Transcanada (ahora TC Energía) referido en una nota de la reportera Diana Benítez. ¿Qué es eso? ¿De qué habla el presidente?

“El proyecto Puerta al Sureste es un ducto de gas natural desarrollado en conjunto por TC Energía y la CFE. Tiene una longitud de 715 kilómetros y una capacidad de mil 300 millones de pies cúbicos por día, para atender la creciente necesidad de energía confiable en la región sureste de México”, detalla la compañía en su sitio web.

Atención, en 715 kilómetros pueden llegar de la Ciudad de México, casi hasta Monterrey. De esa dimensión es la infraestructura.

Es “invisible” porque el sistema comienza en tierra, en una estación compresora en Tuxpan, Veracruz, y continúa hacia el sureste por el océano bajo el agua, para finalmente tocar tierra en dos localidades: Coatzacoalcos, Veracruz, y Dos Bocas, Tabasco.

¿Por qué comienza ahí? Porque ahí confluyen suministros nacionales de gas natural producidos por Pemex y otras empresas, con los provenientes de Estados Unidos, importados con otro ducto submarino conectado al norte, con Texas.

De Dos Bocas ese hidrocarburo llegará a la península de Yucatán por medio del gasoducto Mayakan que es ampliado en su capacidad por la francesa Engie. Una parte de ese gas será entregado directamente a la creciente industria instalada en Yucatán, promovida por Mauricio Vila y por Ernesto Herrera, su secretario de Fomento Económico.

Pero también a la CFE que allá –con ayuda de Mitsubishi y de una inversión de mil 216 millones de dólares– construye dos centrales de ciclo combinado que sumarán mil 520 megawatts a un estado que hasta hoy requiere 900 megawatts .

En términos prácticos y en su uso más noble, los yucatecos podrían pronto estar cocinando poc chuc con sabor a brisket texano. En el de mayor impacto histórico, la región finalmente contará con abundancia de energía, adicional a la que ya tiene de agua. Es una combinación muy escasa en el mundo.

El nuevo sistema de gas y electricidad podría ser más relevante para el futuro de la región que el Tren Maya o la refinería de Dos Bocas.

Steelex, Airbus, Tesla, Contenedores Oceánicos, Amazon, Woodgenix, Leoni, Ayamsa, Grupo Modelo, Tere Cazola, Bachoco, Maramar, Real Hispano, PetStar, Vertical Knits, Accenture, son empresas que crecieron localmente incluso con energía escasa.

Muchos otros arriban buscando parques industriales y hay varios que planean construirlos. ¿Lo prioritario? Cuidar la limpieza del agua, la selva, el mar, y la seguridad de la gente, pensando en que la fiesta pueda ser larga.


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