Triste escena de los que gritaron “¡Fuera AMLO!”, tanto como la de aquellos que promovieron la vinculación de la marcha con asuntos del narcotráfico. Pobres individuos.
En medio quedó el resto, el que defiende al INE, al árbitro que ha servido a los ciudadanos para ganar, unas veces con un partido y otras con otro.
Lo que parece quedar fuera de la comprensión de casi todos es que México está en riesgo de caer en un túnel de pobreza. Más allá de la inseguridad, está el riesgo de volver a la Colonia, a un nuevo tipo de dependencia, ante la cual, la mayoría tendrá poco qué hacer.
Los políticos no parecen tener idea y a decir verdad, tampoco los empresarios.
Hoy casi nadie está cómodo sin un smartphone y esa es la puerta abierta a todos los que vienen de afuera para vender cosas. ¿Cuál es la defensa? ¿Qué venden los mexicanos en sentido contrario? Los más ‘osados’ defienden la instalación de una planta de Tesla que se asoma, como las demás, a buscar piezas baratas y bajos salarios.
Va un ejemplo para entrar a lo importante. Ayer jugó Ronaldinho, el histórico delantero del Barcelona. Participó por el equipo de Porcinos en una “Kings League” de futbol de salón fundada por Gerard Piqué, exdefensa del equipo catalán.
Esa liga no ha cumplido medio año y ya tiene 2.1 millones de seguidores. Ayer, la mitad de ellos vio en vivo el partido en el que ganaron los siete de Pio.
Esta transmisión emitida desde España la hicieron vía Twitch, una red social basada en San Francisco y fue patrocinada por marcas como Infojobs, una bolsa ibérica de trabajo virtual y la sueca Spotify. Figuraron también las marcas europeas Adidas y la de la cervecera Mahou.
No estuvo a la vista alguna empresa nacional, pese a que Pio es un equipo presidido por la streamer mexicana Samy Rivers Rivera y dirigido por el excentrocampista del Cruz Azul, Gerardo Torrado.
Destacó también la china vendedora de smartphones y dispositivos Xiaomi durante todo el encuentro. El punto es el siguiente: la economía mexicana parece llegar tarde a todo y ahora en todo hay cosas nuevas, revolucionarias y rentables.
Observar oportunidades es responsabilidad de todos y no hay acceso a ese escenario sin una estrategia nacional, apartidista.
Hace unos días platiqué con un par de fundadores de startups mexicanas. Ambos crearon empresas hasta venderlas, lo que es considerado un éxito entre emprendedores de nueva generación. Ya van por la segunda.
Quienes invirtieron en ellos y los que las compraron fueron extranjeros. Aquellos que muestran interés en las nuevas que lanzarán, también vienen de afuera.
La riqueza de la economía del smartphone es ajena a México. Como pudimos ver con las vacunas, es lo mismo en la medicina y en todo lo que representa innovación y disrupción, como la energía solar o la del hidrógeno. La diversión parece estar afuera.
Como todos, puedo ser escéptico ante ciertas tendencias, como la de la realidad aumentada (AR, en inglés), por ejemplo. Pero según Apple, ésta viene. “Al igual que hoy, nos preguntamos: ¿Cómo creció la gente como yo sin Internet?”, dijo Cook, “AR es una tecnología profunda que afectará todo”, destacó la agencia de publicidad Wunderman Thompson en su reporte The Future, 100 Trends to Watch in 2023.
“Entre 2019 y el 30 de septiembre de 2022, Meta invirtió 36 mil millones de dólares en Reality Labs, su metaverso. El analista Gene Munster de Loup Funds estima que el gasto en innovación y desarrollo de Google en AR es de alrededor de 39 mil millones de dólares y Snapchat incluyó la inversión en AR como una de sus tres principales prioridades estratégicas en su informe de resultados financieros del tercer trimestre de 2022. ¿Por qué es interesante?”, pregunta Wunderman Thompson en el reporte.
“La próxima era de compromiso digital verá una diversificación de tecnologías inmersivas y una mayor confusión de lo digital y lo físico, lo que dará paso a una nueva realidad”, responde el texto.
Todos quienes anoche cerramos el día leyendo noticias en Twitter y viendo una película en Netflix, entendemos que lo nuevo nos es ajeno y debemos pagarlo… con bajos salarios.
Si no hay acuerdos para hacer lo propio, es dinero que sale y pobreza que entra.