Lo que es visible en el Parque México es replicado a la vuelta de mi casa y probablemente de la de ustedes. Las banquetas y las plazas públicas han cedido espacio a las mascotas, quizás el mismo que antes destinaban a los humanos más pequeños.
Seguramente significa un reto de higiene urbana. ¿Pero alguien anda en busca de un negocio?
Este cambio abre una veta de oportunidades, algunas visibles, pero seguramente muchas todavía ocultas.
Van los datos. Son 25.2 millones de niñas y niños menores de 14 años los que habitan el país, de acuerdo con el INEGI; hay 43.8 millones de perros en las casas; los censos no cuentan a los callejeros. Por cierto, también 16.2 millones de gatos habitan los hogares.
Vaya, la misma institución advierte que lo común es vivir con animales. Tres cuartas partes de la gente mantiene uno en casa. De los de cuatro patas, habitualmente.
Por eso conviene regresar a lo del negocio. Lean lo que opinan en Nestlé, la marca que vende leche Nido, entre otras que atienden a niños:
“Me gustaría pasar a los logros de 2022, en particular y claramente Petcare se destaca como la única categoría que entregó más. No hay duda”, dijo hace un par de semanas Mark Schneider, director general de la compañía suiza que en su colección incluye la marca Purina.
En Latinoamérica en su conjunto, las ventas orgánicas de Nestlé crecieron 13 por ciento el año pasado. Pero es lo que puede esperarse de una empresa beneficiada por una corriente de individuos que se entienden cada vez más con aquellos que no tienen la capacidad de hablar.
Tampoco la economía ayuda. Ejércitos de jóvenes entre los 20 y los 40 años con credencial de la generación millennial navegan en una realidad de salarios que rondan los 10 mil pesos. ¿Finalmente, cuántos tienen para pagar su reproducción natural?
Así que la tendencia de familias de distintas especies podría mantenerse en crecimiento.
La empresa ibérica de telecomunicaciones Telefónica sugiere asomarse al pettech, una corriente de creación de empresas tecnológicas vinculadas con la atención de perros y gatos.
Están los microchips del tamaño de un grano de arroz que se implantan en la nuca de perros y gatos y que permiten su identificación; el mercado de placas con códigos QR para leer con un smartphone los datos del perro, en caso de pérdida o visita al veterinario y casos como el de la coreana Petpuls.
¿Se acuerdan de la película UP, de Pixar? En una de sus escenas aparecen unos musculosos perros de la raza dóberman que destacan por cargar un collar que traduce sus ladridos a palabras.
Esa empresa asiática ofrece algo similar, enfocado en transmitir a su dueño el estado de ánimo del perro. Que ustedes crean en el resultado de tal diagnóstico ya es cosa suya.
Personalmente hice experimentos con una aplicación que prometía “traducir” los maullidos de un gato. El resultado fue desastroso. Nunca pasé de los anuncios publicitarios.
En el campo de la salud parecen haber oportunidades, por ejemplo, con sensores que envían datos de la salud del animal al celular de su dueño y luego se instalan en la nube.
El avance de la red 5G debe traer consigo opciones que hoy no han salido al mercado o cuyos resultados resultan pobres.
Telcel comunicó que en 2022 conectó ciertas zonas de 100 ciudades de México con esa infraestructura que permite la coexistencia de celulares con un número de gadgets o dispositivos en aumento. ¡Alexa! ¡Busca al Charly que ya se salió otra vez!
Lo que falta aún es la aparición de verdaderas soluciones y ahí es en donde entran los emprendedores.
El sitio de tecnología Crunchbase exhibe una lista de decenas de startups pettech que a decir de la poca fama de sus nombres debieron resultar perfectamente inútiles.
En cualquier caso, la población de habitantes domésticos no humanos va al alza y es cuestión de tiempo para que su ascenso en el mercado de alimentos tenga réplica en los smartphones.