Todos conocemos a alguien que importa y vende productos chinos. Hasta hace poco, todos ellos pagaban en dólares a los comerciantes de esa nación asiática… que quede claro que eso fue hasta hace poco.
Si algún mexicano gastó, digamos, un millón de dólares en traer cosas de China durante los últimos 12 meses, probablemente habría ahorrado el equivalente a 760 mil pesos si hubiese pagado con yuanes o renminbis. Nada mal, suficiente para un nuevo coche.
Sucede que el dólar se abarató 11 por ciento desde abril de 2022 contra el peso, pero la moneda china lo hizo en 15 por ciento en esa relación con la moneda nacional.
No hay promesas de que pueda pasar lo mismo hacia el futuro, pero esos datos bien motivan la consideración de la moneda asiática como forma de pago.
Con los giros que da el mundo en estos días, en China el dólar ha pasado a segundo lugar como moneda de intercambio por productos extranjeros.
Piensen por un momento. Imaginen que de pronto ustedes prometen a chinos, europeos o estadounidenses pagar en pesos y ellos asienten. Su contraparte confirma que está de acuerdo en que ustedes usen la moneda acuñada en territorio de chilaquiles y no les preocupa que no usen dólares o euros. Eso está ocurriendo a empresarios chinos con sus yuanes.
Aquí comenté recientemente que la competencia entre el dólar, el euro y el yuan sube de tono y Christine Lagarde, del Banco Central Europeo, está preocupada por acelerar el sex appeal de los euros, para que no se deprecien.
Esta semana, una noticia revela que este planeta llegó a un nuevo escalón. En marzo, el uso del yuan en las transacciones transfronterizas chinas superó al del dólar por primera vez en esa nación.
La participación de la moneda local aumentó a un récord de 48 por ciento al final del mes, desde un nivel prácticamente de cero en 2010, de acuerdo con una investigación de Bloomberg Intelligence que cita datos de la Administración Estatal de Divisas.
La del dólar disminuyó de 83 por ciento a 47 por ciento, durante el mismo periodo.
¿Qué es un billete al final de cuentas?
La moneda es un tipo de dinero que usamos para comprar cosas. Por lo general, viene en forma de billetes de papel o monedas de metal. Muchas veces solo está en números de una base de datos en el banco.
Los gobiernos son responsables de crear y regular su propia moneda. Cuando ustedes usan o guardan moneda de un país extranjero, significa que están usando dinero que fue creado por otro gobierno.
Cuando intercambian pesos por la moneda de otra nación, esencialmente están asumiendo una deuda del gobierno extranjero. Realmente, los billetes en sí mismos, no sirven para más que limpiar una mesa. Lo que pueden comprar con ellos es lo que cuenta.
A cambio de que los reciban, ese otro país promete devolver algo de valor. Ese valor puede venir en forma de cosas y servicios.
Siempre y cuando ese gobierno siga cumpliendo sus promesas, ustedes podrán usar su moneda para comprar cosas y obtener valor a cambio. Por eso, muy probablemente, ustedes se sentirán más cómodos comprando yuanes, en lugar de bolívares de Venezuela.
Estados Unidos es el país más endeudado del mundo. Sobre su gente pesa una deuda externa de unos 31 billones (trillions) de dólares.
Pese a ello, la gente admite dólares que al final puede cambiar por cosas estadounidenses: Apple, Microsoft, Tesla, Nike… son marcas que permanecen en la mente de la gente, que representan cosas que podrán cambiar por dólares, de un modo o de otro.
Del mismo modo, es posible adquirir uno o muchos Mercedes Benz o un contenedor de maletas Louis Vuitton al pagar con euros.
China ha creado tal seguridad sobre el valor que puede ofrecer su economía, que la gente confía crecientemente en su moneda. Eso puede representar un cambio en el sistema del mundo.