Un rumor recorrió chats de WhatsApp: que Tesla siempre no va a instalar una planta en Nuevo León. La dimensión del proyecto amerita una revisión; de inicio conviene decir que esas versiones tienen hasta ahora fundamentos muy pobres. Lucen falsas.
Primero. ¿Cuál es la base del ruido? Un párrafo del nuevo libro biográfico de Elon Musk elaborado por Walter Isaacson, un respetado y preciso escritor.
La página 569 dice textualmente lo siguiente, citando al magnate: “Los ingenieros de Tesla tienen que estar en la cadena de montaje para que todo funcione bien y todo el mundo no se va a mudar a México”. Es la traducción oficial de la editorial Debate.
El mismo texto continúa inmediatamente, no con otra cita de Musk, sino con una expresión de Isaacson: “Así que, en mayo de 2023, decidió cambiar la localización inicial para la fabricación de los Robotaxis de nueva generación a Austin, donde su lugar de trabajo y el de sus ingenieros estaría al lado de la superautomatizada cadena de montaje de alta velocidad”.
Sin más contexto, esos párrafos provocarían suficiente pesimismo para apagar el asador y guardar la cerveza. Pero falta precisamente eso: contexto.
Los Robotaxis representan el sueño de Musk de sacar de las calles a los conductores y dejar en manos de chips el volante de los coches, lo que ahorraría tráfico, accidentes y energía. El plan debería llevar a Tesla a un valor de 10 billones de dólares (trillions) desde los 0.830 billones en que cotizaba ayer.
El mismo libro explica que en su estructura, el Robotaxi sería casi idéntico a un nuevo modelo pequeño y “barato” que ejecutivos de Tesla planean desde hace años sacar al mercado a un precio de unos 25 mil dólares. Algunos nombran ese otro coche Model 2 y presumiblemente será hecho en Monterrey.
Al tener la misma plataforma, hace sentido producir ambos en la misma fábrica.
Ahora revisen de nuevo las citas textuales. Lo que suspenderían, a decir de Isaacson y no de Tesla, es la manufactura de los Robotaxis que trasladarían a la planta ya existente de la compañía en Austin.
El ruido que provocó el rumor regiomontano llegó al menos a Rohan Patel, vicepresidente de políticas públicas y desarrollo de negocios en Tesla, quien publicó este jueves en X la imagen de uno de los textos sin sustento y comentó:
“Este artículo es uno de muchos que he visto que comenta de manera incorrecta y aleatoria sobre nuestros planes en México. Continuaremos avanzando con los gobiernos locales, estatales y federales y apreciamos mucho sus esfuerzos para habilitar los permisos y la infraestructura sostenible necesarios”. Samuel García, gobernador de Nuevo León, reprodujo el mensaje de Patel en su propia cuenta de X, antes Twitter.
Esa es la versión oficial: no hay cambios en el proyecto inicial.
Cierto es que Tesla ha bajado aceleradamente sus gastos en personal. La mediana de la compensación total anual en 2022 de todos los empleados calificados de la compañía fue de 34 mil 84 dólares anuales; dos años antes pagaba 46 mil 150 dólares, de acuerdo con informes entregados a las autoridades. A contracorriente, el margen de utilidades netas de la productora de vehículos eléctricos se elevó de 2.5 dólares por cada 100 en 2020, a 15.60 dólares en 2022.
Quizás esta relación está llegando a un límite en Estados Unidos, en donde ahora mismo está en marcha una huelga contra empresas automotrices como Ford, GM y Stellantis, a quienes sus trabajadores demandan mejores salarios.
Nuevo León ofrece la posibilidad de reducir más el promedio de sueldos. Además, a diferencia de los trabajadores estadounidenses, los mexicanos lucen más incentivados todavía a trabajar en fábricas.
Iván Rivas, secretario de Economía en NL, me asegura que ya están listos todos los permisos estatales y que los federales van en tiempo y forma. Ahora mismo hay reuniones entre todas las partes para definir la infraestructura que requiere Tesla que lejos de cancelar el proyecto regiomontano, habría duplicado su tamaño.
Pero nada obliga a Tesla a construir la planta mexicana. Lo que sí tiene es un enorme terreno de mil 600 hectáreas en el municipio conurbado de Santa Catarina, que ya es de su propiedad.
Si Musk decide cancelar el plan, solo tendría que asumir probablemente una pérdida al deshacerse del terreno, más la inversión que ya hizo su equipo en planeación. Nada más.
Pero con la información disponible hasta este jueves, los recientes rumores sobre Tesla parecen más bien débiles golpes políticos contra Samuel García, quien quiere ser presidente.