Parteaguas

El ‘decreto Tesla’ de AMLO

Quienes construyan sus fábricas durante este año y el siguiente podrán deducir vía ISR el 86% de lo que gasten... siempre y cuando quieran vender automóviles y autobuses.

Sus detractores suelen cometer errores. Uno de ellos podría ser el de pasar por alto algunas jugadas de Andrés Manuel López Obrador que merecen atención.

El miércoles, el presidente publicó un decreto que incentiva a inversionistas que muchos asociaron con la actividad del nearshoring, con fábricas como las que llegan a México desde el siglo pasado para fabricar coches o máquinas para luego exportarlas a Estados Unidos.

¿Pero se fijaron en el momento y el detalle de esa instrucción publicada en el Diario Oficial de la Federación?

Ésta llama la atención por convocar a un nuevo tipo de individuos y por provocar una inevitable referencia al nombre de una compañía cuyos productos no requieren, por cierto, de la gasolina de Pemex. Esa empresa es Tesla.

Apenas la semana pasada el discurso malintencionado de un poco conocido político nuevoleonés, hizo a muchos dudar en torno a la próxima construcción muy cerca de Monterrey, de una fábrica de automóviles de la compañía de Elon Musk.

Es al menos curioso que menos de una semana después de ese ruido, Elizabeth García Vilchis, en calidad de vocera del presidente, aclarara esto desde Palacio Nacional:

Tesla sí instalará fábrica de autos eléctricos en México, a pesar de las mentiras difundidas en medios de comunicación”.

Más relevante es que el mismo día, el presidente publica el decreto para que quienes hagan ciertas apuestas (guiño) se ahorren casi todo lo que inviertan, digamos, en una planta que exporte productos para la electromovilidad. Lean, por favor:

Quienes construyan sus fábricas durante este año y el siguiente podrán deducir vía ISR el 86 por ciento de lo que gasten siempre y cuando tengan el interés de vender…

“...automóviles, autobuses, camiones de carga, tractocamiones, montacargas y remolques, cuya propulsión sea a través de baterías eléctricas recargables, motor eléctrico que además cuenten con motor de combustión eléctrica o con motor accionado por hidrógeno”.

También tendrán ese beneficio quienes apuesten a la “manufactura, ensamble y transformación de baterías para automóviles, camionetas, camiones, trenes, barcos y aeronaves, siempre que todos estos vehículos sean eléctricos”.

Parece muy claro el mensaje: invierte aquí y ahorra dinero en impuestos, en traslados, salarios…

Ojo. Tesla no es la única empresa que anunció interés o un proyecto para construir en México una fábrica de vehículos eléctricos. Obviamente, la dimensión del apellido Musk provoca más atención, pero hay intenciones más modestas como la de Solarever, del sinomexicano Simón Zhao y su marca SEV, que intenta hacer lo propio en Jalisco, para fabricar vehículos de unos 300 mil pesos.

Debemos entender el tamaño del ahorro que puede significar para estas compañías la posibilidad de deducir tan alto porcentaje de inversiones en sus nuevas fábricas.

Zhao estima que su proyecto jalisciense costará unos mil millones de dólares. La apuesta de Musk refiere extraoficialmente 10 mil millones.

Habrá que esperar a que hagan sus cuentas contadores, fiscalistas y el mismo subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, pero esos montos combinados con un 86 por ciento de deducciones, suenan a una gigantesca fortuna en ahorros vía impuestos.

Atención, el decreto en cuestión incentiva además de la fabricación de vehículos eléctricos, la producción de mercancía de alta tecnología, como semiconductores o insumos para su producción.

¿Por qué esos sectores? Porque cobran mejor sus productos, son más rentables y pagan mejor a quienes contratan, porque están más capacitados. Representan una mejor calidad de empresas, vaya.

Para después quedará el análisis de la promoción que implícitamente hace un presidente a la fabricación de coches eléctricos, a la par de apostar el dinero del erario público a la producción de gasolina mediante la rehabilitación de refinerías que sus antecesores le dejaron casi deshechas y a la construcción de una nueva, como la de Dos Bocas.

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