Recuerden a la señora que les muestra el perfume cuando entran a la tienda, a la persona que embolsa el pan, y al mesero que espera que se caigan con una propina. Unos mil 200 pesos mensuales adicionales recibirán ellos a partir del año entrante.
Perdonen la obviedad, pero conviene dejar algunas cosas en claro con esto del cambio histórico en los salarios mínimos que parece haber dejado a todos celebrando.
Si están registrados ante el IMSS y trabajan 8 horas diarias, 6 días a la semana, tendrán ajustes que deberían terminar entregándoles al menos unos 7 mil 460 pesos cada mes, o 3 mil 730 pesos quincenales, menos impuestos.
Son 600 pesos quincenales más respecto de lo que reciben este año y es un incremento del 20 por ciento. Son las nuevas reglas establecidas por la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos.
Es algo que los bien informados tienen clarísimo. La cosa relevante es lo que opinan los empleados que los recibirán y los inversionistas que tienen o compran acciones de empresas mexicanas.
¿Hay fiesta en la plaza por el ajuste?
Las cámaras rechazaron durante años los incrementos salariales extraordinarios, argumentando riesgos de inflación. Habrá que ver mediante encuestas (y elecciones políticas) la opinión de ellos y de los empleados por el incremento.
Pero ya hay señales. Es sorprendente la recepción que tuvo el cambio entre el público que paga la nómina.
“En la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), celebramos el aumento al salario mínimo general acordado este viernes 1 de diciembre por el Consejo de Representantes de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI) a través del diálogo tripartita”, divulgó ese gremio al inicio del mes.
Aunque la opinión que más cuenta se hace regularmente con dinero y ya podría reflejarse en la Bolsa Mexicana de Valores. Su índice clave que mide el valor de las empresas (IPC) se elevó 5.7 por ciento durante los últimos 30 días.
Más claro: Las empresas mexicanas se encarecieron casi 6 por ciento en 30 días contados hasta ayer porque su perspectiva es mejor y resultan más apetitosas que en noviembre, cuando aún no conocíamos cuánto cambiarán los salarios en 2024.
Ojo, aún no llegan al valor histórico que reunieron en 2021, pero parece haber una tendencia que les favorecerá.
Sucede que la economía mexicana crece ahora principalmente por el negocio del que todos tomamos un pedazo: el comercio.
Cada quien es libre de comprar lo que quiera y todos pueden participar en el juego tratando de obtener dinero a cambio de sus servicios o su mercancía.
Mil 200 pesos adicionales en una casa pueden pagar huevos, unos zapatos, un tratamiento médico o… un curso. Ahí es en donde algunos, dependiendo de su situación personal pueden hacer un cambio trascendental en su perspectiva.
“El mejor momento para plantar un árbol fue hace 20 años; el segundo mejor momento es ahora”, reza un proverbio.
Hay casas en las que cada peso se va en lo inmediato, pero otras también en las que estudiantes o solteros en búsqueda de vocación disponen al menos de una parte de su salario para gastarlo en lo que quieren.
Unos 400 pesos mensuales pueden pagar una certificación de cientos que pueden verse en el mercado con un rápido paseo en Google o en Perplexity, un buscador que luce muy eficiente. Coursera advierte que en México ya hay 5.7 millones de estudiantes en línea, que promedian 33 años, de los cuales, las mujeres representan una ligera mejoría. Con mil 200 basta y sobra.
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