Sus instalaciones más relevantes están en Saltillo, lo que le concede cierta independencia. Al menos hasta hace unos meses.
Es una empresa con más de medio siglo de vida cuya vocación es generar tecnología y su principal propietario es el estado mexicano. Es una paraestatal que llevó por nombre Comimsa y que desde el mes pasado se llama Innova Bienestar.
¿Cuántas paraestatales recuerdan que hayan sido creadas durante el gobierno del presidente López Obrador, aparte de ésta o de LitioMX? ¿Necesita México tener una empresa gubernamental que produzca tecnología?
Sugiero no apresurarse, hay que ser cuidadosos con los juicios. Hoy los gobiernos –particularmente de países que tienen cierta actividad industrial– están en una pugna por brindar un lugar en la nueva economía global a sus naciones.
Ustedes vieron caer la relevancia de empresas petroleras y manufactureras en los ránkings mundiales de valor e ingresos. Las Exxon o las Ford son sustituidas por otras basadas en servicios digitales como Microsoft, Alphabet (Google… que fijan la política económica.
México tiene su empresa petrolera y muchas empresas privadas en la manufactura, ¿Pero qué rol de generación de tecnología? ¿Qué venderá más allá de máquinas y fierros?
Tan relevante es el asunto, que la política tecnológica metió a China y a Estados Unidos en una nueva suerte de guerra fría por el control de la industria de semiconductores con epicentro mundial en Taiwán.
Otro ejemplo: ayer, Corea del sur y los Países Bajos acordaron formar una alianza para crear sinergia entre los fabricantes de chips coreanos y los proveedores de equipos de fabricación de semiconductores holandeses. ¿Quienes la anunciaron? Nada más que el presidente Yoon Suk Yeol y el primer ministro holandés, Mark Rutte.
“Los dos países decidieron establecer una alianza de semiconductores que abarque a gobiernos, empresas y universidades”, dijo Yoon durante una conferencia de prensa después de su cumbre en la oficina del primer ministro en La Haya.
Regresemos a México, un país que acaso atrajo a Jalisco algo de inversión de Intel para el diseño de esos chips que son la base de coches, electrónicos, smartphones y computadoras. No hay mucho más que proyectos así.
Si ustedes están entre los moderados, bien harán en leer cualquier avance del Gobierno en el sentido de la creación de una política industrial vinculada con la economía digital.
Oficialmente, eso ofrece a los mexicanos la creación de Innova Bienestar, al menos en el discurso de María Elena Álvarez-Buylla Roces, directora del Conahcyt, quien reveló su creación el 20 de octubre durante una conferencia “mañanera” de AMLO. Luego la formalizó el 14 de noviembre, mediante un comunicado de la institución a su cargo.
Hay que poner ojo en el asunto porque nace con un poco de dinero. La nueva paraestatal está montada en activos por 566 millones de pesos y 81 millones de pesos en ingresos, hasta septiembre de este año, de acuerdo con sus reportes financieros. Cuenta con infraestructura especializada en áreas como metalmecánica, materiales y soldadura.
Lo más importante es lo que hará para generar tecnología y ventas que le permitan entrar en un círculo virtuoso.
“La nueva paraestatal mexicana estará encargada de desarrollar innovaciones” –informó el Conahcyt– “Iniciando con el área estratégica de dispositivos médicos, tecnologías inteligentes, de cómputo, entre otras”.
El enfoque es interesante, pues parte con un mercado meta: la gente con problemas de movilidad o falta de alguno de los sentidos.
Ojo, trabajará con SeriMédica de México, en la que está aliada con DTM Tecnologías, una empresa que generó polémica en el pasado. El asunto amerita seguimiento y regresaré a éste.
Conviene no unirse al ruido. No es el primer paso que da este gobierno en el sentido de crear una política industrial digital; el CCE también avanzó por su cuenta.
Lo más importante es que la siguiente administración tendrá una base para comenzar un camino urgente.