No cuesta más que echar un ojo al estacionamiento de la escuela en días de alguna celebración, cuando mamás y papás se amontonan para tomar fotos de los improvisados mini artistas en el escenario.
Parecen actualizar sus coches con menos frecuencia que en el pasado. Tiene lógica. Muchas agencias estuvieron cerradas durante la pandemia y en el presente es difícil todavía conseguir el modelo que uno quiere. Además… se pusieron caros.
Durante los cuatro años que acabaron en diciembre, los precios de los automóviles aumentaron 31 por ciento en México, de acuerdo con el Inegi. Va una referencia: durante los cuatro años anteriores, se elevaron 24 por ciento.
Todavía hasta 2022, se elevaban por arriba del 7 por ciento anualmente. Al acabar 2023, ya había bajado el ritmo a un 4 por ciento. Eso ya está por debajo de la inflación general. La perspectiva, avisan dueños de agencias, es que los precios continúen en su desaceleración.
¿Por qué ya no suben igual los precios?
Una razón está en que el suministro de todo lo necesario para fabricar coches ya fluye con relativa normalidad: acero y aluminio, particularmente.
Los precios del primero bajaron 30 por ciento desde su pico de mayo de 2021; el aluminio también cayó 18 por ciento desde un máximo de mayo de 2022.
También se normaliza relativamente el flujo de semiconductores de los que cada auto necesita alrededor de mil 500 (recuerden la escasez de chips surgida en días en que todo el mundo corrió a comprar cosas que le conectaran a internet durante los días de confinamiento).
Aunque el futuro de ese mercado es menos predecible. Quizás, porque cada vez se necesitan más.
El coche es casi tan íntimo como el celular y lo que ocurre con éste (¿a dónde viajan?, ¿a qué hora?, ¿cuándo?, ¿con quién?) Es información muy valiosa para las estrategias de marketing de todas las compañías, lo que provoca que ahora las armadoras recojan información hasta de su actividad sexual.
Los pleitos entre China y Estados Unidos en torno a Taiwán –la mayor fábrica del mundo de chips– siembran incertidumbre. Fortune advirtió la semana pasada sobre la reunión de dos ‘monstruos’ de la fabricación de estos productos.
El director de Nvidia Corporation, Jensen Huang, se reunió con su homólogo de Taiwan Semiconductor Manufacturing para discutir las limitaciones de suministro de chips de IA, un desafío importante para el auge de la inteligencia artificial que comenzó en 2023.
¿Gracias, China?
Las materias primas siempre son importantes. En especial para un país que se ha enfocado en hacer acopio de minas de África para su suministro, entre otras cosas, de insumos para baterías de automóviles.
China ‘invade’ las calles de la Ciudad de México, Monterrey, Tijuana… todo el país. Ustedes han visto Chirey, Changan, BYD y claro, la china con bandera inglesa: MG que recientemente ofrecía productos incluso a meses sin intereses.
Las marcas provenientes de esa nación llegaron con precios por debajo de su competencia.
Consideren como ejemplo el sedán MG5 anunciado con un precio de 298 mil 900 pesos, que compite en dimensiones con un Jetta, de Volkswagen, de 411 mil pesos.
En México, MG ya vende más coches que Ford, de acuerdo con datos de las asociaciones AMDA y AMIA.
Bien por los consumidores que ahora gozan de una feroz competencia por ofrecer una combinación de calidad y precio.
Cuidado, para un país como México, cuya manufactura depende en gran medida de que en el mundo sigan vendiéndose coches cuyas marcas no proceden de China.