Pretender ser rico es un tabú nacional. Las películas y la tele nos enseñaron que los buenos son los pobres y que la dignidad está en la escasez.
¿Ahora que tendremos presidenta, tendrían que cambiar las cosas? Las candidatas presidenciales ya publicaron sus propuestas de campaña y hasta ahora hay pocas señales de pensar en un cambio de costumbres. Quizás no conviene darlas en este momento.
¿Puede ganar más votos quien prometa riqueza, en lugar de advertir un ataque a la pobreza? ¿Habría sido popular Pedro Infante con los papeles que caían al ‘riquillo’ Jorge Negrete? Cantinflas representó la picardía de quien teniendo nada, sabía verle la cara a quienes pueden comprar todo. Esa herencia cultural llegó hasta este milenio. Ser como el ‘Vítor’ es chido, ¡pipipipipipí! “En la pobreza se sabe querer”, dijo el Buki.
A la luz de la lógica de los guionistas nacionales de comedias o de campañas políticas, el rico abusa, y si hay un pobre que prospere por suerte, seguramente le aguarda la soledad y el rechazo de los suyos. “Será tu cárcel y nunca saldrás...”.
Pero los mexicanos prosperaron, digamos que un poco. Si están registrados ante el IMSS y trabajan ocho horas diarias, ustedes deben recibir en el peor de los casos 600 pesos quincenales más respecto al año pasado, por el avance del salario mínimo que ya es de casi 7 mil 500 pesos mensuales.
En estos días de casi pleno empleo, el salario promedio avanzó de 12 mil en 2018, a 16 mil pesos en este 2024, de acuerdo con datos del IMSS.
Parece irrelevante el crecimiento, particularmente para quienes no están en esos rangos de ingresos. Reconozcamos algo: por más grande que sea el sueldo, quien no tenga una casa propia y ahorros suficientes para algunos meses, no ha salido de la pobreza.
Hace bien el gobierno al empujar aumentos de sueldos. ¿Pero puede más gente salir de la pobreza sólo con decretos? ¿Qué hará la próxima presidenta?
Una candidata, Claudia Sheinbaum, advierte que va por otro aumento de 11 por ciento en sueldos para los próximos dos años. Parece factible que el salario mínimo rebase los 8 mil pesos mensuales. Otra aspirante, Xóchitl Gálvez, no ha sido enfática en ese sentido.
Aunque ambas persiguieran esa meta, es difícil pensar en una prosperidad generalizada basada en decretazos salariales.
¿Cómo crear riqueza?
Lo primero es cuidar lo que hay. La gente en algunos pueblos de México pierde lo que tiene en cuanto algún criminal decide que ese es ‘su territorio’.
Se acabó la prosperidad. ¿A qué precio van a vender su casa en calles en las que gobierna el derecho de piso? Ahí los predios pierden valor y los pocos dueños se empobrecen.
Suena bien que Xóchitl tenga como primera propuesta económica “consolidar el Estado de derecho” porque “no puede haber desarrollo económico mientras los criminales estén apoderados de amplias regiones del país”.
Claudia, por su cuenta, presume la continuidad de la experiencia: “Vamos a profundizar la estrategia de seguridad y los logros alcanzados. Porque hay logros”, es bueno saberlo.
“Cuando fui jefa de Gobierno de la Ciudad de México, en tan solo cuatro años redujimos a la mitad los homicidios y en un 60 por ciento los delitos de alto impacto”.
Pero es imperativo ir más allá. Para generar riqueza, los países más poblados del mundo, China e India, se enfocaron en provocar que su gente pueda exigir más salarios, independientemente de decretos.
Cuando alguien vale la pena, las empresas se lo pelean a billetazos.
China se enfocó en que las fábricas estadounidenses entrenaran a sus habitantes, lo que a la postre derivó en empresas ricas y poderosas locales. India fortaleció sus programas espaciales y es una de las pocas naciones que brindan servicios de lanzamientos de cohetes a otros países.
Hay algunas semillas de esas ideas en las plataformas electorales de Claudia y de Xóchitl. Desde acá les daremos seguimiento de aquí al 2 de junio.
Porque los ricos no se preocupan por pagar medicinas o despensa. Ojalá que sí busquen generar mexicanos ricos.