Tenemos en México la contienda de Claudia Sheinbaum que confronta a Xóchitl Gálvez por la Presidencia; ahora nuestros vecinos definieron a sus candidatos. Convocan al presidente Joe Biden, que defenderá su posición frente al expresidente Donald Trump.
Esperen desde ahora el inicio de una tormenta de declaraciones ofensivas en contra de México y los mexicanos.
Urgido de atención, la vez pasada que Trump inició una campaña presidencial desde afuera de la Casa Blanca, en 2016, provocó una incertidumbre que empujó el dólar de los 17.50, a los 21 pesos durante el proceso electoral. Anoche la moneda estadounidense cotizaba en 16.80.
El tipo de cambio solo representó uno de los cráteres que marcaban en México los misiles del empresario y candidato que en esos días amenazaba con cerrar la frontera y acabar con el tratado de libre comercio norteamericano (el TLCAN).
Incluso Carlos Slim Helú salió ante las cámaras para calmar a la audiencia y de paso detener una devaluación adicional de las empresas mexicanas como la suya. “(Trump) no es Terminator, es negotiator”, dijo en aquella ocasión el magnate mexicano que argumentaba como contexto el contenido del libro The Art of The Deal.
¿Viene otra ola de incertidumbre? Es casi seguro. Conviene anticiparse.
¿Gana Trump?
Si hoy los estadounidenses fueran a las urnas, las elecciones presidenciales las ganaría Donald Trump. Sí, las elecciones son en noviembre y las cosas pueden cambiar, no podemos ignorar eso, como también sirve reconocer que es muy difícil que cambie la propiedad de la ventaja que mantiene el exmandatario en las encuestas.
Puede ganar, también, porque un ingrediente que ayudó a Joe Biden a quitarle la presidencia a su adversario en 2020, parece haber desaparecido.
Aquí publiqué unos meses antes de la elección de ese año, que los líderes de las empresas estadounidenses se habían hartado de Trump y sus ocurrencias matutinas. La imposición de aranceles por capricho a países extranjeros hacían casi imposible terminar una hoja de cálculo del presupuesto de negocio alguno.
Impuestos imprevistos aquí y allá a las compras provenientes de otras naciones encarecieron inesperadamente las compras de los fabricantes.
¿Cómo saber cuánto costaría el acero, el aluminio o el vidrio el año entrante si el presidente amanecía de mal humor un lunes?
Por eso, Trump perdió el apoyo de la poderosa US Chamber of Commerce, el equivalente al Consejo Coordinador Empresarial que reúne a las más potentes empresas mexicanas.
En contra de la tradición de ese gremio, encabezados por su presidenta Suzanne P Clark se inclinaron hacia los demócratas, que terminaron ganando el Congreso de ese país y la Casa Blanca en 2020.
¿Pierde Biden?
En 2024, la US Chamber of Commerce no ha fijado públicamente su postura política. Tampoco la han descubierto los medios estadounidenses, como en aquella ocasión tanto el Washington Post, como Político revelaron la ruptura con el presidente.
Pero sus líderes criticaron con fuerza el año pasado el apoyo de Biden al sindicato United Auto Workers (UAW) durante las huelgas que paralizaron parte de la producción de empresas automotrices como GM.
Ahora la US Chamber critica a Biden por aumentar los impuestos y proponer más controles de precios en medicinas, “en lugar de celebrar los millones de empleos creados por las empresas privadas”; por impedir la obtención de permisos gubernamentales para producir energía, y por “demonizar a las empresas por los altos precios”.
Hay otro asunto pendiente para una cámara acostumbrada a que aprueben sus iniciativas: Biden no consiguió una reforma migratoria que acabe con el déficit de empleados en ese país.
El hombre a cargo de esas críticas empresariales es Neil Bradley, vicepresidente de la US Chamber, que hasta 2015 trabajaba para legisladores republicanos.
¿Qué vamos a hacer con Trump?