Parteaguas

Querétaro a volar

Mujeres y hombres queretanos elaboran álabes para aviones con estambre y resina, lo que los hace muy ligeros.

Empleos, economía creciente. Querétaro vuela y debe volar más. ¿Por qué? En parte porque fabrican partes para aviones, pero lo nuevo es hacer nubes.

¿Han visto esa ‘hélice’ que se mueve en las turbinas de los aviones? Se llaman álabes y desde hace unos años no están hechas de metal necesariamente, sino de un ‘estambre’ peculiar, tejido por mujeres y hombres de Querétaro.

Desde 2018, ese equipo acomoda carretes de ‘hilos’ que se trenzan a lo largo de su recorrido en la fábrica para luego ser enlazados fuertemente y posteriormente sellados con una resina que da la forma a cada ‘aspa’ o álabe en una planta de la empresa Safran, cerca del aeropuerto local. Son muy ligeros y eso cuenta al fabricar aviones.

Desde 2018 a la fecha la compañía francesa que se recarga crecientemente en México aumentó modestamente sus ingresos 10 por ciento, pero su estrategia de venir al país la hizo más rentable; saca más valor a cada euro que cobra.

Su utilidad neta fue del 6 por ciento hace seis años; ahora es de 16 por ciento.

Es un ejemplo de la industria aeronáutica nacional encabezada por Querétaro y Chihuahua, pero el primero tiene una ventaja adicional. Recientemente Microsoft, Google, Amazon Web Services (AWS) y otros decidieron invertir ahí unos 13 mil millones de dólares en nuevas ‘bodegas’ de datos o ‘nube’, lo que brinda a los queretanos un nuevo y potente motor de crecimiento.

Querétaro ofrece eficiente manufactura mexicana que permite a Safran ‘ahorrar’ tanto dinero que ahora acumula en caja más de 7 mil millones de euros útiles, por ejemplo, para nuevas inversiones. Es mucho más que los 2 mil 500 millones de 2018, de acuerdo con datos recopilados por Bloomberg.

Sus crecientes márgenes restan presión, entre otras cosas, para ofrecer salarios que le permitan atraer trabajadores, a diferencia de los fabricantes de coches como Ford, GM y Volkswagen, amén de sus proveedores de autopartes, que sufren márgenes apretadísimos que restringen la generosidad.

Los álabes que teje Safran en Querétaro son útiles para motores LEAP que usan tanto los Airbus como los Boeing que dominan el mercado mundial de aviones en los que medio mundo se trepó a la menor oportunidad después de la pandemia.

“En motores civiles, con más de 2 mil 500 LEAP pedidos en 2023 para una cartera total de 10 mil 675 motores, CFM es el motor elegido por las aerolíneas. Nuestra tasa de victorias para el A320neo en 2023 ha sido superior al 75 por ciento, incluso superior a la de 2022. Por nombrar algunos de nuestros últimos anuncios, Air Arabia encargó 240 motores LEAP-1A y EasyJet, más de 300 motores LEAP-1A. Ambos acuerdos incluyen un acuerdo de servicio de varios años”, presumió recientemente Olivier Andries, director global de Safran.

El escenario llenó de optimismo a analistas de JP Morgan que estiman que cada acción de esa empresa alcance un valor de 230 euros, 25 más que su precio de la semana pasada. Eso es bueno para Querétaro.

A las nubes

En 2020, Microsoft anunció un plan de inversión de mil 100 millones de dólares para su primera región de centro de datos de la nube en México.

En esos complejos guardan para ustedes desde su email, hasta su dinero depositado en el banco, pasando por sus videos en redes sociales.

A partir de ahí se sumaron apuestas de empresas como Ascenty & Digital Realty, CloudHQ, Huawei, KIO Networks… y claro, la inversión de 5 mil millones de dólares anunciada este año por AWS.

La economía de Querétaro crece al 4.1 por ciento y está en el top 5 de los estados que más contribuyen al crecimiento de México; los 25 mil pesos de ingreso promedio mensual de sus hogares, lo ubican en el ‘top 10′ nacional, detrás de Coahuila, por arriba de Quintana Roo.

La eficiencia nacional no solo aporta empleos, sino una mejor calidad de estos. A diferencia de otros sectores, las direcciones generales en México de las extranjeras Safran, Microsoft, AWS son administradas por mexicanos como Edgar Ciceño, Rafa Sánchez y el piloto Rubén Mugártegui, un tipo que literalmente sabe volar en las nubes. Querétaro asciende.

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