Dejemos de lado por el momento que hace un mes el director de la NASA, Bill Nelson, entró a Palacio Nacional y regaló al presidente Andrés Manuel López Obrador una fotografía de México tomada desde el espacio.
Lo más relevante que los morenistas están haciendo para que los mexicanos avancen en actividades espaciales está en el Congreso. Hace un año, la Cámara de Diputados aprobó dos reformas a la Constitución para que las actividades fuera de la Tierra sean una prioridad para el desarrollo nacional y tengan una base legal.
Un legislador de Morena e ingeniero aeroespacial de Chihuahua llamado Jesús Roberto Briano Borunda, propuso exitosamente cambiar el texto de los artículos 28 y 73.
El primero indicaría ahora que: “Las actividades en el espacio ultraterrestre, incluso en la Luna y los cuerpos celestes; la comunicación vía satélite y los ferrocarriles son áreas prioritarias para el desarrollo nacional en los términos del artículo 25 de esta Constitución”.
El artículo 73 establecería lo siguiente: El Congreso tiene facultad: “Para legislar en toda la República sobre hidrocarburos, minería, sustancias químicas, explosivos, pirotecnia, industria cinematográfica, comercio, juegos con apuestas y sorteos, intermediación y servicios financieros, energía eléctrica y nuclear, actividades en el espacio ultraterrestre, incluso en la Luna y los cuerpos celestes”.
¿Legislar el espacio? ¿Para qué? ¡Hay prioridades aquí en la Tierra! El escepticismo es lógico a primera vista. Pero conviene pensarlo unos segundos.
¿Por qué tres supermillonarios como Richard Branson, Elon Musk y Jeff Bezos invierten su tiempo y su dinero en la estrategia para sacar al ser humano del planeta?
Inicialmente pueden encontrar la lógica justamente en la visita en abril del administrador de la NASA a México. Así explicó esa agencia su interés de conversar con el presidente de México y otras autoridades nacionales:
“Profundizar nuestros esfuerzos conjuntos para hacer más eficiente el manejo del agua, proteger el planeta y estar preparados para enfrentar de forma más resiliente las consecuencias del cambio climático. Gracias a la tecnología de la NASA, es posible medir los mantos acuíferos, prevenir la deforestación o que los agricultores puedan planear mejor”.
¿Si otros pueden ver la disponibilidad de agua y otros recursos de México, no hace sentido que los mexicanos digan cómo y cuándo es posible hacer eso? ¿No deberían poner reglas que expliquen quién puede disponer de esa información y con qué fin? Eso es solo el inicio.
Hay asuntos más grandes. Pueden creerlo o desechar la idea, pero chinos, japoneses, coreanos y obviamente los estadounidenses, ya diseñan hábitats espaciales para vivir en órbita permanentemente, o en la Luna, incluso, para recolectar recursos, transformarlos allá mismo y usarlos para construir herramientas y máquinas útiles para dotar a la Tierra de electricidad o guardar datos fuera del planeta. Ya escribí de eso, previamente.
¿Qué te pasó columnista, te afectó el debate de anoche? Ya despierta. Países como México tienen otras preocupaciones.
México no está entre los países más ricos, su ingreso por persona no rebasa los 12 mil dólares anuales (PIB), unos 200 mil pesos. India enfrenta una condición más complicada, su PIB per cápita es mucho más pequeño, de apenas 2 mil 400 dólares anuales.
Hace años visité las modestas instalaciones de la “NASA de India”, la Indian Space Research Organisation (ISRO), en Bangalore. Parecidas a esos edificios que el IMSS construyó en los sesenta. Ellos llevan años lanzando cohetes, ofreciendo servicios a japoneses y europeos.
Están en primera fila para la siguiente economía, una de rápido crecimiento que ya provoca negocios por 630 mil millones de dólares y crea productos comercializables como la cámara de sus celulares.
La presidenta del Senado, la senadora morenista Ana Lilia Rivera, presenció en enero el lanzamiento de la nave Peregrine, que llevó a la Luna artefactos hechos en la UNAM, desde Cabo Cañaveral, en Florida.
Me dicen que ella apoya decididamente las reformas constitucionales que habrán de votarse en la cámara alta tan pronto pase el periodo electoral. Hay oportunidades y empleos, habrá negocios, lo crean o no.