Parteaguas

El ‘nearshoring’ al estilo Verónica Castro

En los días de la caída del Muro de Berlín, las televisoras de aquel país buscaron contenido en todo el mundo y dieron con las populares telenovelas protagonizadas por la mexicana.

En esta revolución tecnológica, le extrañamos. En la transformación económica que vivirá el país, necesitamos ejemplos, digamos, similares.

Si nacieron en este siglo no saben que una guapísima actriz como Verónica Castro conquistó Rusia.

Durante los días de la caída del Muro de Berlín, las televisoras de aquel país buscaron contenido en todo el mundo y dieron con las populares y melancólicas telenovelas protagonizadas por la mexicana, que se transmitieron en esa nación al inicio de los noventa.

Televisa cobró los beneficios de producciones como Los Ricos También Lloran. Fue una exportación, pero no de coches, máquinas o fierros, sino de servicios de entretenimiento.

Esos servicios no requieren más que el talento del productor y del escritor, su equipo técnico y el de los actores, claro. Pero no es necesaria una fábrica o un estudio.

Las novelas, como las películas, pueden grabarse en una casa o en la calle y generan buenos ingresos que producen millonarios como los accionistas de televisoras, los equipos de producción o como la misma Verónica Castro. Pasa lo mismo, por ejemplo, con el desarrollo de software de todo lo que ustedes ven en su smartphone.

Lo que se necesita es solamente gente que sepa hacer las cosas con la calidad suficiente para su mercado.

La exportación de servicios de México en el contexto del nearshoring parece estar lejos de destacar al nivel que lo hace su manufactura, sus fábricas, que ya son el principal proveedor de Estados Unidos.

Pero realmente no hay datos confiables que permitan medir la fuerza en ese rubro de este país con olor a coco de Acapulco. Lo poco que existe son pistas, como ese ejército de individuos que computadoras sobre la mesa, llenan cafeterías y restaurantes de la Condesa en la Ciudad de México y la presencia de proyectos de empresas que buscan gente.

Aquí les avisé de la llegada del banco Capital One que no viene a hacer banca, sino a formar un equipo en México con unos mil 500 creativos expertos en regulaciones financieras, tecnología, software, que trabajarán de la mano de la tapatía Judith González para resolver necesidades de clientes de esa compañía en Estados Unidos.

¿Cuánto les gusta que pague a cada uno de ellos? ¿Unos 20 mil, 50 mil, 100 mil pesos mensuales? Piensen ahora en una fábrica como la de Mattel que contrata obreros en el mundo, incluido México, por menos de 10 mil pesos mensuales, de acuerdo con lo que reporta la compañía a las autoridades.

¿Qué tipo de empresas prefieren ustedes que vengan? Hay algo curioso: no importa cuál, el gobernador que conozcan tomará la opción de Mattel para tomarse la foto del listón.

¿Qué cortaría en el inicio de diseño de animaciones para una película de Hollywood, como lo hacen varias compañías en Guadalajara, o en el arranque de la construcción de la nueva app de un banco extranjero, como sucede en la capital del país?

Este siglo puso los fierros y las materias primas en segundo y tercero lugares lejanos. El primer lugar es para la gente y sus cerebros, esa es la materia relevante.

En México el cambio es tangible: “Querétaro se está alzando como un importante centro de datos, además de la Ciudad de México, que por su centralidad administrativa cuenta con importantes ventajas”, advierte la propuesta de Transformación Digital y Política Industrial del INADI, organismo de investigación sin fines de lucro encabezado por Arturo Oropeza, doctor en Derecho por la UNAM.

El documento apoyado por las empresas mexicanas agrupadas en el CCE, destaca entre otras cosas, la necesidad de aumentar el número de personas graduadas en ingenierías, ciencia y tecnología para cubrir su creciente demanda.

Querétaro no va solo: en la CDMX está el Centro de Desarrollo e Innovación Tecnológica, con desarrollo de proyectos de digitalización de datos y automatización manufacturera; el MIND de innovación y diseño de Guadalajara, impulsado por el Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco; o la plataforma MIND 4.0 Monterrey, dirigida a la Industria 4.0.

La oportunidad no es solo para ingenieros, aunque estos sí son los más beneficiados por el arribo de empresas que demandan ‘mentefactura’ en la ola del nearshoring, cuenten ahí también a Zillow, Pinterest, Accenture y decenas o cientos de compañías. Netflix también, por cierto, que quizás está buscando a la próxima Verónica Castro.

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