Parteaguas

¿Todavía quieren un Tesla?

Elon Musk coincide con Donald Trump en que Estados Unidos dejará de ser un país si no protege su frontera, la del sur, la que comparte con México.

Ayer, Elon Musk confirmó que apoya a Donald Trump en su campaña por la presidencia de los Estados Unidos.

A partir de las 18:45, compartió una entrevista pública con el candidato republicano a través de su plataforma X, en la que lo ensalzó. Asintió a declaraciones del exmandatario y reafirmó su convicción de que Estados Unidos dejará de ser un país si no protege su frontera, la del sur, la que comparte con México. Musk dijo que por ahí están entrando individuos de “toda la Tierra”.

Este fundador de empresas nunca actúa como el resto de directores corporativos y probablemente guarda poca atención para ver lo que opinan de él en México y en Latinoamérica.

¿Pero es un riesgo asociar su marca Tesla con opiniones radicales? Trump dijo ayer que los políticos del sur del continente están reduciendo la criminalidad en sus países enviando a asesinos a Estados Unidos. No ofreció datos ni pruebas.

Pero sus seguidores, Musk incluido, no suelen reparar en hechos sino en seguir la narrativa de su líder.

Tesla es buen cliente de varias empresas mexicanas y a decir de los carros que circulan en las calles de este país, la marca conserva muchos compradores en México. Hay claros vínculos de la economía y de la sociedad con ese individuo nacido en Sudáfrica y nacionalizado estadounidense.

La mayor cortesía que tuvo para los latinoamericanos fue decir que él vio a los inmigrantes en Eagle Pass, Texas, y que la mayoría parecen buenos, pero igual la frontera debe sellarse o Estados Unidos dejará de ser un país.

Trump también tuvo la suya cuando dijo que la “inmigración ilegal lo salvó”. Porque durante su trágico discurso en el que un asesino casi acaba con su vida, él giró su cabeza para mostrar una gráfica que evidenciaba la amenaza del arribo de inmigrantes precisamente en el momento en el cual el tiro rozó su cuerpo. De no haber virado la testa, lo habría recibido cerca de la sien.

En calidad de periodista, Musk adquirió más bien la personalidad de un sesgado reportero de Fox News, mostrando admiración por su entrevistado y refiriendo sus épicos “tuits” cuando, como presidente, Trump se refirió al líder de Corea del Norte como “rocketman”.

No lo cuestionó cuando negó este lunes que el cambio climático sea el principal problema de los humanos, pues solo subirá unas pulgadas el nivel del mar. Lo secundó cuando Trump refirió los arsenales nucleares en poder del “eje del mal” como el mayor reto de esta generación. Ese grupo, aclaró Trump, lo conforman China, Rusia, Irán y Corea del Norte, naciones que se unieron ante una mala gestión diplomática del presidente Joe Biden.

Puede discutirse lo anterior, pero es desconcertante que Elon Musk, representante de una empresa de vehículos eléctricos que basa su narrativa en la sustentabilidad de sus productos, no refiera el calentamiento global como un gran lío, en una oportunidad simbólica e histórica como su entrevista de ayer.

El futuro de Musk

Elon Musk no se ha entendido con el gobierno demócrata de Joe Biden. No es invitado a encuentros de fabricantes de vehículos eléctricos en su país y sus mensajes en X dejan ver su desprecio por la administración vigente de la Casa Blanca.

Las ventas de Tesla no crecen como antaño y analistas critican que los mejores recursos humanos de la empresa pueden estar desviándose hacia proyectos como la generación de la inteligencia artificial más poderosa del mundo en X, para competir con OpenAI.

Musk también apuesta su tiempo a Spacex, su proyecto para crear una humanidad interplanetaria que empieza por crear una estación espacial de la mano de la NASA y el proyecto Artemisa.

Este empresario tiene un cerebro privilegiado que le permite poner atención a muchas cosas al mismo tiempo. Quizás lo de la vinculación de su marca personal con la de Trump en probable detrimento de Tesla, sea un riesgo calculado. ¿O tal vez es, que esa compañía ya no es su prioridad?

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