Parteaguas

¿Qué viene para Mérida?

La renovación del Puerto Progreso, más la construcción de carreteras, vivienda y la suma de tecnología lucen como herramientas que usarán quienes llegan para que no pare la fiesta.

Hace tiempo que se fueron las casas baratas. Vivir en una zona bien comunicada de la capital de Yucatán cuesta cerca de 20 mil pesos mensuales, la inflación está ligeramente por encima del promedio nacional, la tasa anual casi llega al 6 por ciento.

Es el costo indirecto de lo que ocurre en otra vía desde hace más de seis años: el crecimiento de la economía del estado supera al del resto del país. ¿Qué sigue para esta región que atrae inmigrantes?

En mes y medio llegarán nuevos gobernantes a encauzar este carro que lleva inercia.

La clave es mantener el ritmo sin romper el orden que le concede de facto a la yucateca ser ya la única entidad segura de México.

La renovación del Puerto Progreso, más la construcción de carreteras, vivienda y la suma de tecnología lucen como herramientas que usarán quienes llegan para que no pare la fiesta.

De afuera recibirán, además, el plan de convertir este estado en una potencia en la producción de alimentos, de acuerdo con los 100 Pasos Para la Transformación, de la presidenta electa Claudia Sheinbaum.

En octubre, Mérida tendrá nueva alcaldesa y Yucatán, nuevo gobernador. Cecilia Patrón Laviada retuvo el bastión panista de la “ciudad blanca”. Joaquín ‘Huacho’ Díaz Mena ganó para Morena, por primera vez, las elecciones a la gubernatura.

Él confía en lo que llama el “Renacimiento Maya”, empresarios locales hablan de que, si lo completan, habrán nuevas ciudades que competirán con Mérida: Valladolid y Tekax están entre los pueblos con potencial.

Puede ser, la empresa Propiedades.com advierte que ciudades como La Paz, Mazatlán y Mérida presentan un aumento de más de 10 por ciento anual en la plusvalía de propiedades, impulsadas por la demanda de viviendas en urbes “con playa”. Yucatán tiene más destinos que aspiran a esa característica.

Díaz Mena comenta a emprendedores su confianza en los planes de la presidencia morenista de Sheinbaum, y en ánimo más fraternal, en la asesoría de su hermano Pablo, a quien admira públicamente.

Él es un emigrante mexicano reconocido que, en el pequeño Vicksburg, Mississippi, consiguió una buena mancuerna entre el gobierno y los empresarios, que brinda buenas ideas al próximo mandatario estatal. Es indispensable esa vinculación. En 10 años, ciertas empresas yucatecas elevaron su influencia.

Palace Resorts, de la familia Chapur, destaca en todo el Caribe; Bepensa, inicialmente una distribuidora peninsular de bebidas Coca Cola, ahora tiene negocios automotrices y financieros internacionales. Grupo Nicxa, de Gabriela Cejudo, controla en todo el sureste franquicias restauranteras populares como Burger King, KFC, Pizza Hut y Bisquets de Obregón; Proteínas y Oleicos, de los Xacur, alimentan buena parte de México y Venezuela.

Hay otros menos visibles. Emprendedores tecnológicos como Mauricio Reyes, un visionario graduado del IPN que estructuró hace 17 años una de las primeras empresas de facturación electrónica en el país, Edifactmx, que ahora tiene una perspectiva internacional con Peppolsoft, un caso que expondré aquí posteriormente.

A él se sumaron recientemente Alonso Alcocer y Santiago Estévez, que recientemente adquirieron la empresa proveedora de software, Soft Restaurant, líder en el sector restaurantero latinoamericano, fundada por Farique Cetina, quien ahora busca proyectos de inversión.

El gobierno saliente propició la preparación incipiente de estudiantes con habilidades tecnológicas aprovechadas por la empresa global Accenture y por firmas de desarrollo de software como Dacodes, de origen local. Área71, un proyecto de infraestructura iniciado por José Antonio Loret de Mola y Regina Garza, persigue el propósito de detonar el potencial yucateco en emprendimientos tecnológicos.

Esa inercia ha sido guiada de cerca por el actual secretario de Fomento Económico, Ernesto Herrera, quien después de nueve años participando en gobiernos del PRI y el PAN en ese encargo, podría dejar el puesto en breve, si no es ratificado por Díaz Mena.

Pero todos los planes descansan sobre la paz de un estado en el que sí es posible transitar por sus carreteras y calles de día y de noche, un privilegio en México.

Luis Felipe Saidén Ojeda es el histórico secretario de Seguridad Pública que mantiene ese orden, a quien ya invitaron al próximo gabinete. Mérida, la querida Mérida, va ahora hacia donde van las urbes.

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