La mitad de este negocio es tan viejo como las rockolas. Las vending machines o esas máquinas de Grupo Bimbo llevan años en cientos de oficinas y locales, en las que ustedes pueden comprar unas Canelitas o unos Pingüinos a cambio de monedas que pueden introducir en la ranura.
La novedad vino con la posibilidad de pagar con tarjeta, en lugar de efectivo.
Pero lo más interesante llegó después, con el interés de esta compañía panadera por entrar al negocio financiero. ¿No quieren hacer fila en el banco? Ustedes pueden pagar a Bimbo su recibo de la CFE o el de Telmex; también su mensualidad de izzi, Dish, o recargar su celular, así sea de ATT o de Telcel. Da lo mismo.
Era demasiado tentador como para dejarlo pasar. Después de todo, el equipo directivo a cargo de Rafael Pamias sabe que en los establecimientos de OXXO al menos siete de cada 10 pesos en caja llegan ahí por el pago de servicios y no por vender galletas o cerveza.
Así que buscaron su propio camino a una parte de esa fortuna ¿Pero qué hacer si Bimbo no tiene tiendas?
La ambición del director de Bimbo es bien visible en sus máquinas Autovend, que ofrecen a la gente la posibilidad de saldar deudas bajo un letrero que reza: “Recarga y paga tus servicios aquí”, justo encima del vidrio de la expendedora automática.
¿Puede un oso panadero recibir pagos?
En efecto, Bimbo tiene una empresa registrada ante la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, sobre la cual ha montado este negocio de recepción de pagos. Se llama Bimbonet Servicios S.A.P.I de C.V. y cuenta con una licencia como “participante en redes de medios de disposición relevantes”.
Bajo ese permiso ampara su servicio de cobro a cambio de comisiones.
Ya con licencia y máquinas, sus trabajadores sólo deben buscar dónde colocarlas en establecimientos o casas cuyos dueños reciben a cambio también comisiones.
Pamias debe hacer su lucha. Apenas en mayo expuse en este mismo espacio la buena racha de esta compañía, que elevó sus ingresos anuales de 15 mil 166 millones en 2019 a 22 mil 577 millones de dólares en 2023.
Pero al parecer, al nuevo director que tomó el cargo ese mes le dejaron una papa caliente, pues si bien las ventas se mantienen relativamente estables, el valor de la compañía ya cayó 20 por ciento desde entonces. No parece un problema temporal.
Hace un año, Grupo Bimbo valía 406 mil millones de pesos o más de 20 mil millones de dólares. Ahora el mercado estima su valor en 281 mil millones de pesos, de acuerdo con su market cap.
Al parecer, luego de la bonanza de una pandemia en la que la gente se hartó de cocinar y optó por los sándwiches, algunas regiones ahora muestran rechazo a ciertos productos de su catálogo. Humanidad infiel.
Un reciente análisis del banco estadounidense, JP Morgan, advierte: “Los vientos en contra continuaron en América del Norte. Las ventas netas, como se esperaba, continuaron bajo presión”.
Si bien la producción global de la compañía mantiene una salud razonable, algunos avisos sugieren poner atención a nuevas oportunidades.
Este miércoles, Bimbo anunció el cierre de una fábrica de pan en Valladolid, España, en donde producía marcas como Donuts, Tigretones y Pepitos de Chocolate, cuya demanda se redujo, de acuerdo con medios locales.
Un escenario cambiante supone ajustes y ese cierre parece una jugada defensiva.
A la ofensiva parece probar suerte en el negocio financiero en el que, lo que son las cosas, este grupo panadero compite desde hace poco tiempo con miles de tortillerías en el país que se asociaron con la empresa Finsus, para hacer recargas telefónicas o pagar la luz y el teléfono.
Vaya, para ustedes las opciones aumentan. El mundo se mueve rápido.