Parteaguas

Pilas marca Pemex

Más que proyectar una Pemex productora de litio, convendría enfatizar la creación de una industria de vehículos eléctricos nacionales, para cerrar el círculo.

Que Pemex produzca litio. Que lo extraiga de donde haya y lo venda, es lo que quiere la presidenta Claudia Sheinbaum, una idea loable y potencialmente rentable.

Ojo. Como el resto de las empresas, Pemex está expuesta a escenarios que no puede controlar y en este mundo que gira a la velocidad de una licuadora, algunos cambian esta semana, otros más el mes entrante. Todos pueden sacudir los planes previstos en el Palacio Nacional, incluso mejorarlos, si la mandataria juega bien sus fichas.

¿El asunto más relevante? Arkansas. Aparte de Bill Clinton, casi nadie hablaba de esta región de los Estados Unidos, perdida entre otros destinos de escasas menciones: Oklahoma, Mississippi, Tennessee…

Casi nadie hablaba, hasta el lunes, cuando una oficina de gobierno de los vecinos reveló una noticia que puede cambiar la industria de los coches:

“Mediante una combinación de pruebas de agua y aprendizaje automático (machine learning), un estudio dirigido por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) estimó que hay entre 5 y 19 millones de toneladas de reservas de litio debajo del sudoeste de Arkansas”, comunicó la institución.

Urge el contexto. Chile, con 9.2 millones de toneladas, destaca con el primer lugar de reservas de litio. Estas reservas estadounidenses disponibles en salmueras, ubicarían a la nación norteamericana en la segunda posición, en un caso modesto.

“La estimación mínima de 5 millones de toneladas de litio presentes en las salmueras de Smackover también equivale a más de nueve veces la proyección de la Agencia Internacional de Energía de la demanda mundial de litio para vehículos eléctricos en 2030″, abundó la agencia geológica en un comunicado.

Cinco empresas ya se instalaron para explotarlas, incluida Exxon Mobil, que pretende iniciar la extracción en 2027 ¿Su promesa?: “Convertirse en un productor líder de litio, un componente clave de las baterías de vehículos eléctricos”.

El descubrimiento cambia el escenario mundial. Hasta hoy, Estados Unidos depende de las importaciones de litio para su creciente demanda.

Los vecinos cuentan con una suerte muy fiel. Sus reservas están en salmueras, que son más accesibles que las reservas mexicanas ubicadas potencialmente en arcillas que duplican los costos de producción.

La de aquellos, es una situación muy conveniente para los planes de Elon Musk, que está a días de saber si se convertirá en el “zar” antiregulación del gobierno estadounidense, un cargo que le ha prometido el candidato Donald Trump.

Ayer, cuando el líder de Tesla presumió buenos resultados de esta empresa durante los primeros nueve meses del año, advirtió que de llegar al gobierno eliminará restricciones para que vehículos autónomos como los que pretende vender su compañía, transiten en todas las ciudades estadounidenses.

Con ello abriría un mercado casi inexistente: la venta de taxis robots o robo taxis. Autos que transitan sin conductor y cuyos propietarios pueden inscribirse, por ejemplo, en Uber, para obtener ingresos adicionales, mientras duermen o trabajan en una oficina.

Eso implica una mayor demanda de vehículos eléctricos y de baterías, que podría acelerarse en Estados Unidos después de las elecciones políticas del 5 de noviembre.

De concretarse ese escenario, el plan de Sheinbaum debería profundizarse.

Más que proyectar una Pemex productora de litio, convendría enfatizar la creación de una industria de vehículos eléctricos nacionales, para cerrar el círculo. La presidenta habló ya del proyecto de Olinia, un automóvil eléctrico de precios accesibles.

De ese modo México, con amplia experiencia en la producción de coches, participaría en toda la cadena productiva y no solamente en la fase de suministro de materias primas, que resulta tan limitada y expuesta a vaivenes del destino.

Así cobraría sentido la fundación de una empresa de pilas marca Pemex, LitioMX o cualquier nombre que tenga la compañía estatal a cargo de la extracción y producción de ese material.

Ojalá que crezcan los planes, más que achicar las expectativas. México está para eso y más.

COLUMNAS ANTERIORES

¿Y si ponemos funcionarios ‘gringos’?
Benavides se siente mal

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.