Así abría el álbum de 2002 del grupo regiomontano Kinky. Más es la primera canción de esa entrega de estos miembros de la generación X.
Esa pieza tiene un solo coro: ‘vamos queriendo más y más’ y es similar al canto de inversionistas que celebran esta semana en Wall Street y también de quienes votaron por Donald Trump y su narrativa que promete hacer grande a los Estados Unidos nuevamente: Make America Great Again. ¿Puede México sumarse al coro?
Hay indicadores que brindan pistas. Hasta ayer, el cada vez más aburrido índice de la Bolsa Mexicana de Valores, el IPC, despertó y subió 1.12 por ciento en esta semana, lejos pero en la tendencia de una subida de 4 por ciento en el Índice Dow Jones.
El bitcoin bordea niveles récord por arriba de los 76 mil dólares y cada onza de oro, en una señal de que los toros han salido a buscar acción, redujo 27 dólares su precio en cuatro días.
¿Qué están celebrando con la billetera?
Quizás que esa canción, Más, podría fondear también el ánimo entre los empresarios estadounidenses, miembros de la poderosa Cámara de Comercio de los Estados Unidos (US Chamber of Commerce), cuya presidenta Suzanne P Clark se reunió con la mandataria mexicana Claudia Sheinbaum recientemente, en el corazón de la Ciudad de México.
¿Se acuerdan? Ese encuentro fue un refrendo del CEO Dialogue de representantes de compañías de ambas naciones.
Durante días y hasta ayer, el sitio de internet de ese club que agrupa a gigantes, a los principales clientes de las empresas basadas en México, exhibía un gran titular: ‘El imperativo del crecimiento y las oportunidades para Estados Unidos’, ‘The Growth and Opportunity Imperative for America’.
Es una carta abierta, una solicitud redactada a manera de mandato para el próximo presidente de los Estados Unidos. Quieren que Estados Unidos crezca más, más y más. Está firmada por Neil Bradley, vicepresidente ejecutivo, director de políticas y jefe de promoción estratégica de la US Chamber. De esta misiva, extraigo un par de fragmentos:
“Entre 1950 y 2010, el crecimiento económico real en Estados Unidos fue en promedio del 3.4 por ciento anual, incluso en tiempos de recesión. Como resultado, la economía de 2010 fue siete veces mayor que la de 1950. La población de Estados Unidos también creció durante este período, pero la economía creció más rápido. El PIB real per cápita fue más de tres veces mayor en 2010 que en 1950.
“Desde 2010, el crecimiento ha sido en promedio de apenas el 2.2 por ciento anual. La Oficina de Presupuesto del Congreso, una entidad no partidista, proyecta un crecimiento aún más lento, con un promedio de apenas el 1.8 por ciento para la próxima década”.
¿Qué demanda la US Chamber? Que Estados Unidos crezca al menos a un ritmo del 3 por ciento anual. El gremio brinda incluso una fórmula muy lejana, por cierto, a la de cerrar Estados Unidos al comercio mundial. Bien por el contrario:
“Estados Unidos necesita una agenda comercial revitalizada centrada en las siguientes políticas: Abrir nuevos mercados a nuestros fabricantes, agricultores y proveedores de servicios. Renovar el liderazgo de Estados Unidos en el comercio a nivel mundial negociando acuerdos comerciales de alto nivel y que sean ejecutables y haciéndolos cumplir. Coordinar con aliados clave para reducir la dependencia de adversarios extranjeros para insumos críticos”, explica uno de sus anexos.
La lógica es congruente con la de un asesor de Trump como Elon Musk, quien recibirá el poder y tarea de desregular el país vecino. Él cazará las normas que impiden que haya vehículos autónomos en todas las ciudades estadounidenses; también por aquellas que detienen el lanzamiento de más cohetes al espacio. Más industrias crecen y se nos vienen.
Todo, sobre el subyacente ascenso de la productividad sustentada en herramientas de inteligencia artificial que ustedes ya empiezan a usar hasta el en el WhatsApp.
Un individuo menos visible que ha sido oráculo de este acontecer es Peter Diamandis, empresario fundador de la Singularity University, quien en síntesis sustenta que la innovación sustituye la explotación de recursos naturales como una fuente de riqueza inagotable.
La pista más visible de tal ruta desde nuestro balcón está en la creciente exportación de productos tecnológicos desde México ¿Vamos queriendo más y más?