Si quieren, dejen de lado lo que pasa fuera de México, con todo y que ayer corrieron al director de la emblemática estadounidense Intel, Pat Gelsinger, por ir ‘muy lento’.
¿A qué ritmo van ustedes? Anoten lo que está pasando en todo México; desde Monterrey con Kuona; la nueva aventura del italiano Paolo Rizzi en Mérida, o la cruzada aventurera del yucateco Jorge Vales.
Lean lo que hace la gente común mientras sus propias declaraciones exhiben al primer ministro canadiense Justin Trudeau ante el próximo presidente Donald Trump, en una estéril pelea de vieja generación contra México, que parece interminable…
Trépense mejor en un balcón que arde, todos pueden: abran su computadora y busquen Perplexity, Llama, ChatGPT, Claude, Anthropic; la que quieran, y hagan ‘gimnasia’ de preguntas para obtener soluciones a lo que quieran resolver en su negocio o su carrera.
O mejor aún, funden una nueva compañía con ayuda de la inteligencia artificial generativa. Esa herramienta que no es más que un conjunto de computadoras con las que pueden conversar. Pónganse en modo ‘Shark Tank’. En estos negocios no hay aranceles y el dinero en este ambiente crece este año a una tasa del 18 por ciento y lo hará al 25 por ciento en 2025, de acuerdo con IDC, la consultora de inteligencia de mercado. La inteligencia artificial es una bomba que explotó, sacude a todos y de acuerdo con la misma fuente, su impacto económico valdrá casi 20 billones de dólares (trillions) en 2030.
Ya se subieron en Monterrey Chema Sanroman y Agustín Magaña, quienes se convirtieron en director general y director de tecnología de su ‘startup’ Kuona, en la que terminó invirtiendo Grupo Femsa, propietario de los OXXO.
Originalmente concibieron Kuona como una aplicación enfocada en que ustedes la pasaran mejor mientras compran, pero ambos notaron que había un problema mayor: poner precio a los productos de modo tal que aumenten los ingresos. Parece fácil, pero no se trata de subirlos.
Su equipo incluye a Rommel Silva, quien dirigió las estrategias de precios en empresas como Heineken y Coca-Cola FEMSA.
Hoy se anuncian como una plataforma inteligente que optimiza automáticamente tarifas, promociones e inventarios. Todo sobre la plataforma de la ‘nube’ de AWS.
¿No les gusta eso? Paolo Rizzi es uno de los fundadores de Minu, que ofrece desde México un servicio atípico: enganchar a los empleados con la empresa, para que no se vayan, para reducir la rotación. Les ofrecen, incluso, adelantos de sus quincenas, por ejemplo.
La empresa anunció hace dos semanas que obtuvo una inversión de 30 millones de dólares en una ronda que subió su valuación a 100 millones. QED Investors, Next Billion Capital Partners, Nazca y Promotora Impact Ventures, entre otros, invirtieron en la Serie B de la compañía.
Destinarán el dinero a ampliar su cobertura geográfica en México y a fortalecer su oferta de salud financiera, física y mental para la gente. Con esta ronda, el monto total recaudado hasta la fecha asciende a 47 millones de dólares.
Después de eso, Rizzi se retiró de la empresa y ahora desde Mérida trabaja en quitarnos el dolor de cabeza de reportar ante el SAT los tickets de compra.
El sistema de inteligencia artificial en el que está desarrollando propone usar una sola foto tomada con su smartphone a ese papelito que les dan en caja, para evitar mails, visitas a sitios web y el resto de esa monserga para poder deducir ese gasto.
Jorge Vales está del otro lado de esa cancha, levantando capital para detonar empresas disruptivas ubicadas en el sureste de México. Es un publicista conocido y construyó hace algunos años Espaciales.io, un sistema digital para comercializar anuncios panorámicos.
Su proyecto, llamado Creer, es una iniciativa acompañada por la aceleradora Endeavor que pretende ofrecer consultoría y capital a proyectos de impacto social sustentados en valores ESG, relacionados con el cuidado de la gente, el medio ambiente y la propia compañía.
Ellos son individuos que ustedes pueden toparse cualquier día en la banqueta, impulsados por la efervescencia de un ambiente de disrupción tecnológica que esta misma semana tiene a titanes como Elon Musk tratando de bloquear esa conversión de Open AI de una agencia de servicio para la sociedad, en un negocio; a los socios de Intel despidiendo a su director porque no pudo alcanzar la velocidad de los fabricantes taiwaneses de semiconductores y a AWS presentando hoy en Las Vegas herramientas de inteligencia artificial que prometen otro revolcadero de olas.
Si quieren saber a qué velocidad vamos, lean este encabezado del Wall Street Journal: ‘Googlear’ es para gente mayor. Eso es un problema para Google. Esto arde.