Lo que la presidenta Claudia Sheinbaum pretende hacer con el coche eléctrico Olinia puede convertir a México en el país que cambie la industria mundial de producción de automóviles. Sin exagerar.
La otra opción es que la encomienda termine creando el coche con el precio más alto vendido en México.
¿Cuál es hoy el coche más caro en el país? Dependiendo del experto al que le pregunten. Me dicen que el Ferrari SF90 Spider se acerca a los 20 millones de pesos.
Es un ‘supercar’ híbrido enchufable con techo rígido plegable, el primer Spider PHEV de serie de Ferrari y se considera una referencia en términos de rendimiento e innovación.
La intención del equipo de la presidenta Sheinbaum es crear un minivehículo eléctrico seguro y barato cuyo precio empiece en 90 mil pesos, para beneficio de la gente. Sería un hito, en India, un país relativamente pobre comparado con México, el coche eléctrico más barato del mercado es el MG Comet EV, a la venta en unos 160 mil pesos.
Conseguir además con Olinia el desarrollo de la industria automotriz nacional, es digno de festejo.
Iniciar la batalla con un presupuesto de 25 millones de pesos, como lo anunciaron, y conseguir con ello una producción seria de este vehículo será un milagro global en materia de negocios.
No me queda duda de que hay talento nacional para la producción. México es una potencia exportadora de coches. Guanajuato, Aguascalientes, Coahuila, Nuevo León, están llenos de ejemplos del éxito y la experiencia en el armado de estos productos y en la fabricación de varias de sus partes.
Que se involucren ingenieras e ingenieros del Instituto Politécnico Nacional (IPN) en Olinia es de mucho valor. Sumar al TecNM convierte en garantía el conocimiento técnico necesario para la producción de un coche de pequeñas dimensiones. Aquí he expuesto la dimensión y relevancia de éste que es verdaderamente el mayor instituto tecnológico del país.
Mi duda sobre el éxito de esta cruzada está basada en los discursos de ayer, que podría dejar en la gente la impresión de que está resuelto el arranque del proyecto. Una persona preguntó ayer en la ‘mañanera’ de la presidenta: “¿Cuál será la inversión inicial para la armadora?”
“Se asignó un presupuesto de 25 millones de pesos que se dividirá entre las dos instituciones (IPN y TecNM), esto es aparte de lo que cuesta el salario de los investigadores”, respondió el coordinador del proyecto Olinia, Roberto Capuano Tripp, quien fue director del sistema de transporte Metrobús en la Ciudad de México.
Una típica planta de fabricación de vehículos instalada por empresas comerciales como Ford o Volkswagen cuesta al menos unos 500 millones de dólares, unos 10 mil millones de pesos. En un caso extremo de emprendimiento, Elon Musk solicitó y recibió aproximadamente 508 millones de dólares en total del gobierno estadounidense entre 2008 y 2009 para apoyar a Tesla Motors durante su difícil situación financiera, cuando pocos conocían esa compañía.
Regresemos a nuestra realidad nacional. Olinia pretende la producción de vehículos austeros, por lo que su fábrica debe costar mucho menos. ¿Cierto? ¿Qué tanto menos? El monto de inversión anunciado por Capuano representa un descuento de 99.75 por ciento respecto al costo de una planta tradicional.
Él habló de un esquema de negocio atípico en el que se sustentaría, ahí sí, un nuevo modelo industrial de fabricación automotriz en el mundo y abre oportunidades para inversionistas.
Explicó que para su construcción espera contar con armadoras en diferentes puntos de la República, instaladas potencialmente por emprendedores, lo cual permitirá hacer más accesible este medio de transporte.
Vaya, si la jugada sale bien Olinia sería un éxito, un coche ‘IKEA’; una caja llena de partes que saldría quizá del centro de México para que alguien lo arme cerca del lugar del consumo, sea en Sonora o en Yucatán. Considerando el valor de una batería, semiconductores, frenos y el motor eléctrico, algunos estarían tentados a venderlo ‘todo o en partes’.
Ayer, el gobierno comunicó que la intención es llegar con el Olinia al partido inaugural del Mundial de la FIFA en 2026, en el Estadio Azteca. Ojalá que también revelen una revolución de ingeniería automotriz.
En el peor de los casos exhibiremos un error grande de cálculo, el precio de un sueño que no fructificó: el de coches de 90 mil pesos que al final derivó en un vehículo pequeño de 25 millones que dio la vuelta a la cancha. Espero que este no sea el desenlace.