Parteaguas

Joe salió ‘nvidioso’

Estados Unidos elevó los obstáculos para obtener licencias tanto para pedidos de chips grandes como pequeños.

¿No querrán decir egoísta? En México muchos refieren a alguien como ‘envidioso’ cuando éste evita compartir, una característica de los egoístas.

Esta última semana de su gobierno, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, muestra falta de confianza transformada en egoísmo para compartir la tecnología estadounidense de empresas como Nvidia. Elevó los obstáculos para obtener licencias tanto para pedidos de chips grandes como pequeños.

No quiere que los tengan libremente los habitantes de México, entre los de otras naciones que por orden de la Casa Blanca en unos meses enfrentarán restricciones para adquirir dispositivos de esa compañía de Jensen Huang, que de a poco se vuelve tan famosa como Apple.

Las limitaciones de insumos pueden estropear planes de empresas como Google y AWS para establecer en este país y otras naciones centros de almacenamiento de datos, útiles para guardar todo lo que los bancos, el gobierno y Netflix, guardan para ustedes, por ejemplo.

¿Qué tecnología es ésta? En otra era habría sido el equivalente a un motor de combustión, en la actual se trata de chips que permiten a la gente usar la inteligencia artificial (IA).

Biden quiere evitar que esa tecnología sea adquirida por China, primordialmente, y por cualquier otra nación que pueda revenderla a los chinos.

Para él y su equipo, los mexicanos no califican para estar en su lista de close friends tecnológicos, poblaciones con Estado de derecho suficiente para impedir triangulaciones de exportaciones. Nos acompaña Vietnam, entre decenas de naciones.

¿Cuáles sí están en su club? Alemania, Australia, Bélgica, Canadá, Corea del Sur, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Guinea Francesa, Irlanda, Italia, Japón, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Reino Unido, Suecia y Taiwán.

Vaya, salvo por Canadá, Estados Unidos ha marcado otra línea de distancia con el resto del continente americano.

Lo irónico es que entre sus argumentos está también su interés de influir en el planeta, en motivar que su infraestructura y su modelo de IA se vuelvan la referencia internacional:

“Para mejorar la seguridad nacional y la fortaleza económica de Estados Unidos, es esencial que no deslocalicemos esta tecnología crítica y que la IA del mundo funcione sobre rieles estadounidenses”, comunicó la Casa Blanca.

“Es importante trabajar con las empresas de IA y los gobiernos extranjeros para establecer estándares críticos de seguridad y confianza a medida que construyen sus ecosistemas de IA”.

Vaya, el presidente Joe Biden quiere que los países del mundo adopten su tecnología, sin liberarla. Ver, pero no tocar.

Deberíamos detener las exportaciones de Jalisco a ver si así suben las ventas de tequila.

¿Qué lógica puede tener esta acción defensiva de EU?

Probablemente el reciente surgimiento de herramientas como la china Deepseek, competencia directa de ChatGPT, de la estadounidense OpenAI.

Sus creadores presumieron que fueron capaces de crear esta herramienta con una fracción del presupuesto del dinero requerido por sus pares.

Especialistas explican que su modelo fundacional fue completado con dispositivos Nvidia, cuyo uso habrá costado aproximadamente 5.5 millones de dólares. Solo GPT4o, la versión más nueva de OpenAI requirió 100 millones de dólares para entrenamiento.

Si el uso de Deepseek crece, OpenAI tendrá problemas para cobrar altas tarifas por usar su plataforma.

Más simple: la libre disponibilidad de tecnología de Nvidia está abaratando rápidamente la adopción internacional de inteligencia artificial. Como consecuencia, llega más competencia al mercado, lo que puede afectar la inversión hecha por el talento y capital estadounidense, al prolongar la recuperación de esa apuesta. Vaya rápido mundo éste.

Las restricciones de Biden tuvieron respuesta. Una vino de Ned Finkle, vicepresidente de Asuntos Gubernamentales de Nvidia:

“Estados Unidos gana a través de la innovación, la competencia y compartiendo nuestras tecnologías con el mundo, no replegándose tras un muro de extralimitaciones gubernamentales”.

Este tema parece lejano, pero está muy cerca de todo aquél que escribió un prompt esta semana.

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