Sus dueños batallan para pagar salarios más altos y sus clientes podrían encarar mayores precios, incluso de pantalones de mezclilla. Comienza la gran bravata en Liverpool.
El efecto de Donald Trump está por llegar a sus anaqueles, impacto que se suma a otros retos que en general enfrentan las tiendas en México.
El mediano plazo es prometedor para ciertos negocios en el país, pero eso no quita las dificultades a este 2025 que llegaron desde hace semanas no solo a esta compañía, sino también a los OXXO, de Femsa, y a Kimberly Clark de México, empresa presidida por Claudio X González Laporte.
Sus acciones pierden valor a medida que se acerca lo inevitable. Las de Liverpool cuestan 30 por ciento menos que hace seis meses; las de Femsa, 16 por ciento, baja similar a la de 14 por ciento de Walmart de México; la fabricante de pañales Kimberly Clark enfrenta una caída semestral del 10 por ciento en la Bolsa Mexicana de Valores.
La llegada de una nueva administración radical a la Casa Blanca motiva que analistas enturbien las perspectivas de corporativos mexicanos dedicados al comercio.
Uno de los principales bancos del mundo, Barclays, basado en Londres, destacó un reporte la semana pasada en el cual alerta sobre cómo los planes del presidente electo Donald Trump de imponer políticas comerciales proteccionistas, podrían afectar negativamente la salud económica de los consumidores de México y Brasil.
Para comprender el impacto, el análisis cita el ejemplo de un pantalón de mezclilla.
Botones, broches, remaches, etiquetas, incluso el algodón y otros insumos salen de Estados Unidos, uno de los mayores productores del mundo de este material agrícola. Esa materia prima cruzará la frontera hacia el sur para ser manufacturada en México.
Antes de llegar, de acuerdo con lo dispuesto por la presidenta Claudia Sheinbaum, puede enfrentar un arancel en represalia por los impuestos que imponga Estados Unidos durante el Gobierno de Trump, que iniciará la semana próxima.
Ese hecho puede encarecerlos en México y aún después de ser fabricados enfrentarían aranceles adicionales al regresar exportados a Estados Unidos, elevando aún más su precio para los compradores del país vecino.
El precio de las acciones de Levi Strauss bajó casi 7 por ciento en seis meses y 20 por ciento desde octubre, en los días en los que se desplomó la campaña presidencial de Kamala Harris, adversaria demócrata de Trump.
“La rapidez con la que los consumidores sientan los efectos de los aranceles probablemente dependa de los niveles actuales de inventario del canal; los bienes perecederos verían un impacto casi inmediato, mientras que los artículos con una vida útil más larga verían un efecto más prolongado”, advirtieron analistas de Barclays.
La perspectiva de una menor venta de pantalones y otra mercancía expuesta a riesgos fiscales similares llega en mal momento a Liverpool y a Walmart de México, principalmente, que ya encaraban otros retos.
En especial, una política laboral mexicana que para beneficio de los trabajadores, impulsa desde hace años un aumento en los sueldos en detrimento de las utilidades de los accionistas de estas empresas.
El salario mínimo brincó de 88 pesos en 2018, a casi 280 pesos diarios para este 2025 o unos 8 mil 400 pesos mensuales, un incremento de 218 por ciento en un periodo en el que la inflación general acumulada es del 33 por ciento. En ese lapso, las ventas de Liverpool aumentaron 58 por ciento y las de Walmart 52 por ciento, nominalmente, de acuerdo con datos de Bloomberg.
Barclays incluye en su perspectiva la posibilidad de un ajuste en las cadenas de suministro más simples para aminorar el impacto de los aranceles, Estados Unidos sí podría elevar la producción interna de algunos bienes, lo que implica un impacto para México.
Esa visión choca con la de la poderosa US Chamber of Commerce, que argumenta que aún antes de la aplicación de aranceles, hacen falta trabajadores para las fábricas estadounidenses. Atraer más manufactura al país implicaría mayores requerimientos de personal o de tecnología para sustituir mano de obra inexistente.
Estamos a una semana de Trump, pero llegan las primeras olas de un tsunami que aún siendo pasajero, sí provocará daños.
Como he escrito aquí antes, las opciones están en capacitar a los mexicanos en habilidades tecnológicas y aumentar el número de servicios que puedan exportar a cualquier parte.