Parteaguas

El peso se fortaleció ¿en serio?

El peso ganó este lunes durante la mañana porque el presidente estadounidense no lanzó, inicialmente, una metralla de aranceles para castigar a los países que le venden algo a su nación.

El peso se fortaleció ayer. Al dólar le ganó casi 50 centavos en un día, durante el lunes en el que Donald Trump se convirtió en presidente por segunda vez. Anoche esa moneda cotizaba en 20.50 pesos ¿Ya pasó lo peor, entonces?

Ni el empresario Elon Musk que apoyó la campaña, puede estar seguro de lo que sigue en la administración que acaba de comenzar en el gobierno de los Estados Unidos. Menos, quienes desde este lado de la frontera aspiran a hacer jugadas audaces para aprovechar oportunidades. Hay que fijarse en lo que Trump hace, no en lo que dice.

El peso ganó este lunes durante la mañana porque el dólar se debilitó en general frente a monedas relevantes del mundo y eso ocurrió porque el presidente estadounidense no lanzó, inicialmente, una metralla de aranceles para castigar a los países que le venden algo a su nación ¿Qué notas sí conviene guardar del discurso de Trump? Sugiero una lista corta, por el momento:

Uno. El petróleo podría bajar de precio. La frase surgió de nuevo: “drill, baby, drill”, dijo el mandatario: quiere que inversionistas y exploradores perforen el suelo de su país para extraer más petróleo. Anhela elevar la relevancia de los estadounidenses como exportadores de petróleo.

¿Qué puede ver el resto del mundo? Tal vez, que los precios caigan.

Durante la administración del presidente Barack Obama, la perforación de yacimientos mediante el método del “fracking” repuntó a un nivel inesperado hace poco más de 10 años, a tal punto, que terminó convirtiendo a Estados Unidos en el mayor productor de petróleo y gas en el mundo. Por encima de Arabia Saudita.

Al cierre de 2024, los estadounidenses producían unos 13 millones de barriles diarios de crudo; tres millones más que los árabes.

En 2014, los precios cayeron desde unos 100 dólares a un nivel de 50 dólares, en donde se ubicaron hasta antes de la pandemia, todo precisamente por el repunte de producción de los vecinos ¿Qué pasaría si su producción da otro salto?

Esta semana, el petróleo estadounidense (WTI) se ubica en menos de 80 dólares.

Dos. Estados Unidos quiere más territorio. Avisó ayer. Trump recordó el origen de Estados Unidos, basado en la ambición exploradora de su población. Bajo argumentos poco conocidos, avisó a Panamá que recuperará ese canal que facilita cruces interoceánicos en la parte más estrecha de Centroamérica. No dijo cómo lo hará.

No habló de Groenlandia. Pero ya antes se ha referido a Canadá como un posible “estado” de los Estados Unidos. No ha brindado discursos sobre un posible avance territorial al sur.

La creciente irrelevancia de la Organización de las Naciones Unidas que no pudo contener el avance de los rusos en Ucrania, ni las masacres entre Israel y Palestina, sienta un precedente de inacción que deja sin ataduras a los países más fuertes.

Tres. Marte. He publicado aquí el aumento de actividades espaciales que se diferencian de las del siglo pasado por el origen de los interesados en explorar más allá del planeta.

Las fortunas de Elon Musk y de Jeff Bezos apuntan hacia el espacio, junto con recursos de naciones como China e India.

El presupuesto de la NASA creció 40 por ciento en 10 años a partir de 2014, por arriba de la inflación que ha sido del 30 por ciento. Precisamente Musk y Bezos son ahora contratistas de esta agencia.

Ayer, Donald Trump advirtió que los estadounidenses plantarán su bandera en Marte.

La medida que puede resultar fantasiosa para algunos, está basada en la lógica industrial que promueven Musk y Bezos, para instalar las bases para que el espacio y la Luna, llenos de recursos minerales, se conviertan en centros industriales de producción de bienes útiles en la exploración espacial.

Esta industria ya representa casi 700 mil millones de dólares anuales en la Tierra, de acuerdo con estimaciones de la consultora neoyorquina McKinsey y anuncia muchas oportunidades de negocio para quien entienda del tema.

¿Será esa la expansión territorial que desea Donald Trump? Quizá, ojalá. Pero de nuevo, poco puede predecirse de un plan que está escondido en una mente, en este caso, presidencial.

Quienes vieron que ayer el tipo de cambio se relajó el lunes por la mañana y por eso esperan que lo peor haya pasado, muy probablemente fueron sorprendidos cuando durante la noche Trump recordó que aplicará aranceles de hasta 25 por ciento a Estados Unidos y a Canadá.

Él es un experto en espectáculos de televisión que dominará el escenario, al menos, a lo largo de los próximos 18 meses, plazo que nos llevará al final de la renegociación del TMEC, el tratado comercial de Norteamérica. Hay que fijarse más en lo que Trump hace, que en lo que dice.

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