Parteaguas

OXXO aterriza en Brasil

Es relevante que la firma apueste por Brasil, debido a que posee más de 2 mil millones de euros en efectivo disponibles para invertir en cualquier lugar del mundo.

La respuesta será pública a fin de mes cuando directivos de FEMSA den click en la computadora que los conectará en una conferencia digital con analistas de los principales bancos del mundo. Brasil es un país difícil para los mexicanos, muchos ejecutivos lo reconocen en corto, casi nadie en público.

Recuerden el caso del ACE 55, un acuerdo comercial roto unilateral y arbitrariamente por los sudamericanos temporalmente porque vieron que México exportaba muchos autos a esa nación.

Es relevante que la firma comandada por José Antonio Fernández Carbajal apueste en Brasil, principalmente debido a que posee más de 2 mil millones de euros en efectivo disponibles para invertir en cualquier lugar del mundo.

Un poco de contexto. En agosto, FEMSA anunció una inversión conjunta o joint venture con Raizen, una empresa dividida a partes iguales entre la europea petrolera Shell y la brasileña Cosan que tiene, entre otros negocios, el de tiendas de conveniencia.

FEMSA compró el 50 por ciento de Raizen Conveniencias por 141 millones de dólares equivalentes en su momento a 561 millones de reales. El trato empezó con mil establecimientos en operación.

El aviso vino después de que fue eliminado el candado que impedía a FEMSA utilizar fuera de México 2 mil 500 millones de euros que obtuvo por la venta de parte de sus acciones en  Heineken, en el que aún conserva  participación.

El acuerdo contempla que Raizen -ya con la participación de FEMSA- instale 500 tiendas en Brasil en los próximos dos años. Allá, esos locales de 82 metros cuadrados ya existentes en Brasil y venden en promedio individualmente el equivalente a 600 mil pesos mensuales, según estimaciones de analistas bancarios.

Eso es un poco menos que los 800 mil pesos que aproximadamente vende en México en promedio cada OXXO al mes.

FEMSA tendrá quizás la posibilidad allá de hacer el truco que inventó en México: convertir cada caja de sus tiendas en un escritorio de servicios, útil igual para una recarga del celular del niño que para mandarle 5 mil pesos al tío Antonio. Todo a cambio de una comisión.

De cada diez pesos que hay en la caja de un OXXO, apenas tres corresponden a la venta de mercancía.

Está por verse si allá la cadena de FEMSA tiene intención de vender gasolina. Por el momento la sociedad no contempla tal negocio llamado en México OXXO Gas, que apenas entrega 1.2 por ciento de margen de utilidad a la firma.

Esta actividad establecerá retos próximamente en México, cuando nuevas regulaciones exijan inversiones por alrededor de un millón de pesos por estación para controlar los vapores que emiten los combustibles que venden y que hoy son arrojados a la atmósfera.

Mientras tanto, en Brasil su socia Cosan, dirigida por Marcos Marinho, ganó 20 por ciento de valor de mercado desde agosto a la fecha, lo que puede responder a sus mejores perspectivas.

En cualquier caso, FEMSA parece haber amarrado al mejor socio que pudo conseguirse en Brasil: uno que combina el conocimiento del mercado local, con la seriedad de Shell.

Llama la atención lo que puedan decir  cuando uno de sus exejecutivos principales, Carlos Salazar, actual líder del CCE, se ha convertido en el principal interlocutor con el presidente de México

El 28 de octubre, antes de la apertura de mercados, la empresa mexicana podría dar más detalles de su aventura al sur del continente. Atención, Monterrey.

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