Uno de los temas relevantes de la Semana Nacional de Infraestructura Transformadora, desarrollada en la Cámara de Diputados, del 23 al 27 de mayo, organizada por la Comisión de Infraestructura que preside el Diputado Reginaldo Sandoval Flores, fue el reconocimiento a la importancia del ferrocarril como alternativa de movilidad de mercancías, por su gran capacidad de carga, que hizo el Subsecretario de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), Jorge Nuño Lara.
Este tipo de transporte tuvo sus inicios en 1850, cuando se construyó el primer tramo férreo para unir a Veracruz con Río San Juan y posteriormente, el Presidente Benito Juárez inauguró la ampliación de Apizaco, Tlaxcala y Puebla.
A partir de entonces tuvo un crecimiento importante hasta alcanzar, en 1960, más de 23 mil kilómetros de vías. En 1970, el auge de construcción de carreteras y autopistas por la moda del automóvil generó una competencia que el ferrocarril no pudo superar.
En esa década, los kilómetros construidos de carretera alcanzaban más de 7 mil y para 1980, había en el país casi 3 millones de autos, 79 mil autobuses de pasajeros y 1.5 de camiones de carga, por el creciente proceso de urbanización y centralización de la actividad económica en las ciudades.
El ferrocarril fue un gran invento de la ingeniería en el Siglo XIX, que impulsó el crecimiento económico mundial. Un solo furgón de 18.5 metros de largo por 4.8 metros de altura, tiene una capacidad de carga de hasta 90 toneladas.
De acuerdo con cifras de la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario (ARTF), existen en México 23.4 mil kilómetros de vías férreas en operación por las que, en 2019, se trasladaron 128 millones de toneladas de mercancías, de las cuales, el 71 por ciento fueron productos que nuestro país exporta para otras naciones y el 29 para el mercado interno, de acuerdo con la SICT.
La red ferroviaria de nuestro país es la novena a nivel mundial, superada por Alemania, Canadá, India, China, Rusia, Estados Unidos y Brasil, y está controlada por tres grandes empresas: Ferromex, Kansas City Southern de México y Ferrosur.
Sin embargo, en la región del Sur Sureste, el tendido férreo nacional es obsoleto y es urgente su renovación, dados los efectos del huracán Stan, desde el 2005.
En este sexenio se reactivó el transporte férreo de carga y pasajeros con los proyectos del Tren Maya y el Corredor Istmo de Tehuantepec. De esta manera, empieza a constituirse como un elemento esencial para la integración de cadenas logísticas más sólidas, debido a que las estaciones de tren, los centros de tráfico y las paradas, son plataformas de tráfico esenciales y una alternativa de movilidad.
Hace unos días cumplió 25 años de operación la ferroviaria Kansas City Southern de México. Para obtener la concesión erogó $1,500 millones de dólares y de ahí a la fecha ha invertido $4,400 millones más, lo que equivale a $5,900 millones de dólares. Convertido al tipo de cambio actual ese monto asciende a $118,000 millones de pesos, con lo cual se alcanzaría a cubrir 1.3 veces la última estimación de inversión del Tren Interurbano México Toluca.
La operación privada de la carga ferroviaria en el país permite el que haya subsidios federales para la movilidad férrea de pasajeros interurbanos.
Conducir el tren no establece su ruta, el verdadero trabajo es tender la vía: Ed Catmull, científico estadounidense.