El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Insegi) reveló recientemente que en 2022 el sector de la construcción registró un incremento de casi 88 mil nuevos puestos de trabajo, lo que significa un crecimiento de 1.9 por ciento de este importante pilar de la economía nacional, lo que ofrece un panorama alentador en 2023 ante la posibilidad de requerir más personal para proyectos de infraestructura.
Según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), de las 57.9 millones personas ocupadas en México, 7.9 por ciento se concentran en esta actividad y al término de 2022 la construcción reportó más de 4.5 millones de trabajadores, a pesar de que por efectos de la pandemia, entre 2019 y 2020 se perdieron casi 140 mil empleos.
Sin embargo, estas buenas noticias se ven amenazadas por la posibilidad de una recesión económica en Estados Unidos, que enfrenta presiones en sus mercados derivadas del aumento en sus tasas de interés y el crecimiento inflacionario, lo que ha provocado que las empresas de esa nación reduzcan sus perspectivas de inversión.
Nuestra economía es muy dependiente de la norteamericana: en México, 40 por ciento del PIB lo ocupan las exportaciones y casi 80 por ciento de ellas se destinan a Estados Unidos, esto significa que 30 por ciento de nuestro PIB depende del crecimiento económico de ese país y si éste cae en recesión, tendremos consecuencias negativas.
Ante este panorama, la ingeniería y la arquitectura mexicanas deben colaborar para sostener el crecimiento económico, generando nuevos proyectos viables de infraestructura urbana y carretera, con mayor gasto público y privado, que genere un efecto multiplicador, dar mayor certidumbre a los inversionistas y propiciar un mejor entorno para hacer negocios, para evitar un escenario recesivo.
Para prevenir este escenario recesivo, el director general del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), Jorge Mendoza, señaló que la inversión pública y privada en proyectos de infraestructura podrían llegar a representar 20 por ciento del PIB en 2023, además de los proyectos gubernamentales que se han financiado como el Tren Maya, el Tren México-Toluca y la refinería de Tula, en donde se han asignado préstamos por más de 100 mil millones de pesos, conjuntamente con el Fondo Nacional de Infraestructura.
También, se destinarán 28 mil millones de pesos a obras de construcción y el mantenimiento de vías de comunicación y transporte de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transporte (SICT); mil 250 mdp para la ampliación de la Línea 1 del Tren Suburbano Lechería-Jaltocan y 44 mil 693 millones para construir y conservar las obras hidráulicas de la Conagua.
Todas estas acciones contribuirán a prevenir los efectos de la recesión de Estados Unidos en México.
“Estamos viviendo una situación muy especial y hay que tomar medidas para evitar los efectos en la economía real”, Carlos Slim Helú.
Jorge Javier Jiménez Alcaraz es presidente de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México, A.C.
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