Comisionada del Inai

Montadeudas, el lado agresivo de la explotación de datos personales

El INAI ha recibido cientos de denuncias en contra de ‘montadeudas’ que utilizan los datos personales sin consentimiento y atenta contra la dignidad y los derechos humanos.

Recientemente, un operativo realizado por la Fiscalía de la Ciudad de México para desarticular una red que otorga préstamos, a través de aplicaciones, acaparó los titulares de los principales periódicos; de acuerdo con cifras proporcionadas por la propia Fiscalía, desde 2021 a la fecha, se han recibido más de 15 mil reportes o denuncias en contra de las citadas Apps, comúnmente conocidas como ‘montadeudas’, que utilizan tácticas de cobranza agresivas e intimidatorias.

Desde hace más de un año, el INAI ha recibido cientos de denuncias en contra de estas empresas que, a decir de los denunciantes, utilizan sus datos personales sin su consentimiento y de una manera que atenta contra su dignidad y sus derechos humanos. Los métodos son similares: cobros excesivos con amenazas, mensajes ofensivos, visitas intimidatorias a sus domicilios, llamadas a todas horas y, particularmente, difusión a todos sus contactos y no solo a los que dieron como referencia, de sus fotografías, generalmente editadas de manera denigrante, a fin de acusarlos de todo tipo de conductas ilícitas: robo, fraude e incluso delitos de índole sexual, como violación o pederastia, entre otros.

Estas empresas, que no solo victimizan a aquellos que tienen adeudos, sino también a los que solamente solicitan información, tienen la facilidad de hacerlo simplemente porque las personas lo permiten al dar acceso a toda la información localizada en sus teléfonos celulares.

Quizá la razón de tanta frugalidad en el manejo de los datos personales es porque sus titulares no dimensionan la importancia y la cantidad de información que tiene un dispositivo inteligente: historial de búsqueda que refleja gustos, intereses y preferencias, lista de contactos, galería de fotos, videos, contraseñas, números de cuenta, correos electrónicos, mensajes de texto, archivos, mi geolocalización, entre muchas otras; es decir, sabe dónde estoy, lo que veo, lo que busco, lo que me gusta, lo que compro, lo que leo, quienes son mis amigos, mi familia, a dónde voy, a quien le escribo, mis tarjetas, etcétera. No exagero al decir que nadie sabe más de mí, que mi teléfono celular.

Aunque parece relativamente sencillo solicitar y obtener un préstamo a través de una aplicación, sin ningún tipo de garantía más que el acceso a la información del teléfono, la realidad nos ha mostrado que las repercusiones pueden ser terribles. De origen el problema de los montadeudas es un tema de protección de datos personales.

Los reportes de la Fiscalía refieren que se han identificado más de 500 Apps de empresas de préstamo; sin embargo, lo realmente preocupante es que no solo este tipo de aplicaciones solicitan acceso a nuestros datos, cualquiera que brinda bienes o servicios, como videojuegos, películas o mercancía, puede hacerlo y sin ningún tipo de control, y como usuarios, al aceptar las condiciones y dar un clic, lo que en realidad podríamos estar haciendo es ceder en su totalidad nuestra información y nuestra privacidad.

Aún cuando en nuestro país las leyes en materia de protección de datos personales establecen como obligación para todos los responsables del tratamiento el cumplir con los principios en la materia, como el de consentimiento de los titulares o el de proporcionalidad que implica no requerir más información de la necesaria, lo cierto es que la tecnología nos supera y difícilmente podrán controlarse o verificarse a las millones de aplicaciones que se encuentran activas.

Lo que debemos hacer es comenzar por nosotros mismos, tomar conciencia de la importancia de proteger nuestros datos personales. Es necesario contar con un soporte tecnológico robusto que nos proteja de ciberataques, pues tal vez en un futuro próximo, cualquier ciudadano y no solo personas famosas o empresas podrán sufrir este tipo de amenazas. No debemos olvidar que antes que cualquier antivirus, el usuario de un dispositivo móvil o computadora personal es la principal defensa.

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