Hoy, a unos días de los 214 años del inicio de la guerra de independencia y la conmemoración del Día Internacional de la Democracia, es oportuno resaltar la defensa de la labor que realiza el INAI, que se concibe como la garantía simultánea de dos derechos fundamentales: la protección de datos personales y el acceso a la información, que, a su vez, son habilitadores y optimizadores de otros derechos, dotando de una progresividad a su ejercicio.
La tutela de estos derechos por una autoridad independiente es un reflejo de entender a nuestro país como una democracia, en la cual el Estado de derecho se encuentra firmemente constituido. Hecho que no corresponde a un obsequio o dádiva realizada por algún régimen específico, sino a una conquista de luchas sociales que llevaron al reconocimiento de estos derechos consagrados en nuestra Carta Magna.
En tal entendido, la construcción de la democracia mexicana insiste en el reconocimiento de la progresividad de los derechos humanos. En especial, a través de la forma de gobierno consagrada en el artículo 40 de nuestra Constitución, una república, democrática representativa, laica y federal.
En ese contexto, es preciso abordar el concepto de República, entendida como la forma de gobierno que se caracteriza por la división de poderes del Estado, dentro de un régimen político democrático electivo, representativo, alternativo y responsable. En este sistema, una característica esencial es la defensa contra la no concentración del poder en una sola figura, junto con el establecimiento de las salvaguardas necesarias para su garantía.
Como resultado de esta forma de gobierno, emergen los organismos constitucionalmente autónomos, desarrollados bajo el principio de división de poderes, es decir, que funcionan fuera de los tres poderes de la Unión; entes que velan por desempeñar funciones técnicas o específicas reconocidas en el marco constitucional, como en el caso del INAI, la garantía de dos derechos fundamentales.
Desde el México independiente, se consagró el reconocimiento de la limitación del poder de la nueva nación en la Constitución de 1824, instrumento que este año conmemora el centenario de su promulgación y que se reconoce como la base para que derechos como los que garantiza el INAI puedan ser reconocidos, como una evolución de los mecanismos de control de poder.
A partir de lo anterior, es posible identificar que el camino que ha vivido nuestro país durante los distintos estadios que ha tenido, y, que concierne a la materialización de luchas sociales y la conquista de distintos derechos, no corresponde a un camino lineal y continuo, sino es reflejo de una evolución progresiva con la meta de un mayor reconocimiento a los derechos fundamentales a favor de la dignidad humana y la amplitud de derechos.
Así, el reconocimiento actual de los derechos de tercera generación, como la protección de los datos personales, se debe a una lucha continua y al establecimiento de instituciones que permiten dar forma a nuestro país como un Estado democrático, escenario que fomenta, mediante su ejercicio, la defensa y conquista de otros derechos.
El reconocimiento de los derechos ya conquistados nos invita a no bajar los brazos y seguir en la lucha para garantizar su pleno reconocimiento, porque, no significa únicamente la preservación de estos, sino la gratitud a aquellas manos y mentes que lucharon por su conquista, obligándonos a recordar la frase de Martin Luther King: “Comprométete con la noble lucha por los derechos humanos. Harás una mejor persona de ti mismo, una gran nación de tu país y un mejor mundo para vivir.”
Por tanto, la defensa de instituciones como el INAI y de manera particular, de las acciones que realiza en favor de la garantía de derechos fundamentales, se traduce como un reflejo palpable de un Estado democrático.