Autonomía Relativa

Edomex, a la vista

El tamaño del padrón electoral en el Edomex y su cercanía con la elección presidencial son tomadas por muchos como un termómetro de cómo se pondrán las cosas.

Las elecciones en el Estado de México siempre han llamado la atención. El tamaño del padrón electoral en esa entidad y su cercanía con la elección presidencial son tomadas por muchos como un termómetro de cómo se pondrán las cosas electorales el año en que acaba el sexenio.

Los partidos que compiten aprovechan esa elección para ‘mostrar músculo’, esto es su capacidad operativa, su aparato electoral. Nuestra comentocracia, como es natural, está llena de hipótesis que se van haciendo sobre el camino y de intereses de este o aquel lado. Por eso vemos columnas que aseguran que va a suceder tal cosa si pasa esta otra o que determinado resultado reflejaría lo que pasaría en el futuro. En fin, nada que no sea propio del ‘grillerío’, de la politiquería y del rumor que siempre ha rodeado los eventos electorales.

Para los que predicen que el resultado de las elecciones del Edomex será el referente ineludible en 2024, nada más hay que recordarles lo que sucedió en el pasado. El PAN no ganó las elecciones mexiquenses en 1999 y Fox ganó en 2000; el PAN no ganó las elecciones mexiquenses en 2005 y Calderón ganó en 2006; Peña ganó ambas, y Morena no ganó las elecciones mexiquenses en 2017 y AMLO ganó en 2018. Así la referencia; lo demás es especulación, apuesta o ardientes deseos.

Morena ha designado ya a su candidata en ese estado. La señora Delfina Gómez goza de amplia simpatía con el Presidente y algunos círculos de Morena. Dio una buena batalla en el proceso de 2017 y quedó cerca del triunfo. La señora Gómez, hay que decirlo, ha cometido delitos en los que les quitaba dinero a los trabajadores de su municipio para, supuestamente, la causa del partido.

¿Es lamentable que una persona que ha cometido esos delitos, como la señora Delfina, sea candidata a gobernadora? Sí.

¿Esto le afectará en la elección? No.

¿La gente votará en gran número por ella a pesar de los delitos cometidos? Sí.

¿Esto es normal? Sí, la ley debería prohibir que alguien con esos antecedentes sea candidato, pero no es el caso, por eso tampoco le importa a muchos electores.

La pelota, por lo pronto, está del lado de la oposición. Los aliancistas radicales pusieron el grito en el cielo cuando el PAN salió con que iba con su candidato. Pero pueden respirar tranquilos. Todo indica que PAN, PRI y PRD (no sé para qué) van a tener una especie de competencia para ver quién tiene más posibilidades de ganar. Ahora bien, si el PRI gana con su candidato, pues habrá quedado claro que puede parecer muerto, pero todavía no está en el ataúd; y si el PAN gana con su candidato, será una señal de que comienza a despegar. En ese escenario una derrota de Morena puede ser muy significativa y dolorosa para AMLO. Ya veremos.

De cualquier forma, estaremos un año hablando de lo que pasará en ese proceso que, aunque no marque necesariamente nada en torno a la campaña presidencial, sí será definitivo para el destino de uno de los estados más grandes del país.

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