Se sabe. Entre la megalomanía que desarrolla en el ejercicio al tomar decisiones que no son cuestionadas, que se le aplaude cualquier cosa y se le justifican los errores más obvios, el hombre encumbrado siente que nació para mandar y que sus ideas son buenas y que él nada más hace el bien a los demás. Son hombres débiles que se pierden en las fatuidades del poder.
Gracias a Dios no es el caso en nuestro país donde el presidente López Obrador demuestra cada día un asombroso conecte con la realidad que hace pensar a cualquiera que vive desfasado. AMLO, uno de los presidentes más queridos del mundo y quizá, en palabras de él mismo, uno de los más criticados en su propio país por los medios de comunicación, ha sido tocado no sólo con el don de la humildad sino también con el de la inteligencia superior y la claridad mental. Qué mal están aquellos que lo critican, ¡cuánta envidia!, ¡cuánta mezquindad! Seres miserables incapaces de entender la grandeza de aquel que se debe al pueblo porque de ahí emanó, personas que, incapaces de renunciar a los privilegios que el neoliberalismo les prodigaba, ejercen ahora de odiadores del hombre que es todo bondad y sencillez.
Ayer, en uno de esos arranques de generosidad que le acometen cotidianamente para explicarle al pueblo la profundidad de sus actos y decisiones comentó lo siguiente: “¿Ustedes creen que si hubiese ganado Anaya o Meade hubieran juzgado a García Luna? ¿Verdad que sí ha habido cambios? Estas cosas no se veían y vamos a seguir, a seguir avanzando en la transformación”.
Palabras de oro para la posteridad, sin duda alguna. Claro, los odiadores del conservadurismo salieron a decir inmediatamente que AMLO estaba saludando con sombrero ajeno, que él había hecho lo de siempre, ósea nada, para que juzgaran a García Luna en Estados Unidos. Solamente desde el desprecio al pueblo se pueden decir estas cosas sin rubor alguno.
El Presidente lo dijo de manera clara: son otros tiempos y pasa lo que antes no pasaba. Así de sencillo. ¿Y qué fue lo que pasó?, pues que en Estados Unidos tienen preso a García Luna, lo juzgaron allá y lo consideraron culpable. Esas son las cosas nuevas que pasan. El brazo largo de la justicia lopezobradorista trasciende fronteras y se manifestó claramente en Brooklyn, NY. ¿Ustedes creen que esto lo hubieran logrado los neoliberales? En absoluto, siempre fueron esbirros de los gringos mientras ahora nuestro líder dispone del aparato judicial de nuestros socios. Relación de pares, que le llaman.
Otra de las cosas que ha logrado nuestro señor Presidente y que le regatean sus malquerientes es el triunfo de Argentina en el Mundial. ¿Ustedes creen que si hubieran ganado Anaya o Meade, los argentinos se hubieran alzado con la Copa, Messi hubiera sido campeón si no existiera la transformación? Claro que no. Y va a seguir transformando, porque las cosas no se pueden quedar como eran antes. Antes hubiera ganado un país europeo, los de siempre, los que siempre se repartían hasta el Mundial los desgraciados. Francia hubiera ganado de no haber estado AMLO en el poder mexica. Ahora un país hermano disfruta lo que le corresponde y le había sido arrancado injustamente desde tiempos de la Conquista.
Son innumerables los logros del triunfo del lopezobradorismo que el espacio nos impide desplegar adecuadamente, pero ahí están los coches eléctricos, los avances en la física nuclear, el poliamor, el regreso de Trump, Netflix... en fin cosas que no se hubieran dado si hubiesen ganado Anaya o Meade. Reconózcanlo, no sean mezquinos.