Autonomía Relativa

De periodistas y políticos

Los políticos y periodistas intercambian sus papeles sin rubor y la prensa ha dejado de ser el rival irreconciliable de la política para ser, a menudo, la misma política.

Los medios y la política. Una relación siempre tirante. De los periódicos a la televisión, de la televisión al feis, al Twitter, X y TikTok. La dinámica de los medios y los políticos ha cambiado en los últimos años: ahora son los políticos los que diseñan sus propios medios y son sus principales personalidades, en un intento –exitoso en la mayoría de las ocasiones– de hacer a un lado la figura del incómodo personaje que pregunta y se entromete en la relación del poderoso con el ciudadano. Esto ha provocado un cambio enorme en la relación prensa-poder. No solamente es que los políticos ejerzan de conductores en la información; en varios países han sido los periodistas los que se han convertido en políticos. Se dice que Nixon dijo a sus asesores que debían escribir cien veces “la prensa es el enemigo, la prensa es el enemigo…”, y que nunca debían olvidar eso. Ahora, para evitar escribir cien veces lo mismo, los políticos generan su propia prensa. En México, López Obrador con sus mañaneras desplazó la prensa tradicional con personajes estrambóticos con medios prácticamente inexistentes.

Sobre este tema, hace unos días Rodrigo Terrasa escribió un texto en el diario español El Mundo (Cómo los periodistas se apoderaron de los gobiernos: “Vivimos una tiranía del relato por encima de la gestión”, 21/01/24), en el que analiza la historia reciente entre prensa y poder o, más bien, su simbiosis actual. Aquí algunas de sus puntualizaciones y ejemplos.

“Los políticos ya no reniegan de los medios, sino que crean sus propios medios. Ya no detestan a los periodistas, sino que aspiran a ejercer como tales. Y lo que es aún más inquietante: en el otro rincón del ring, los periodistas ya no sueñan con derribar presidentes, sino que directamente se convierten en presidentes o presidentas”.

“Los líderes más influyentes del tablero político en España se formaron como periodistas. No es casualidad. Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, es licenciada en periodismo y tiene un máster en comunicación política. Y Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat y líder de Junts(…), es miembro del Colegio de Periodistas de Cataluña”.

“No son casos únicos en la historia reciente de nuestra política y tampoco son excentricidades españolas. Boris Johnson en Reino Unido, Éric Zemmour en Francia, Yair Lapid en Israel… un periodista italiano, David Sassoli, fue presidente del Parlamento Europeo, entre 2019 y 2022 (…). Incluso personajes tan imprevistos como Donald Trump en Estados Unidos y Volodímir Zelenski en Ucrania –sin ser ninguno periodista– lanzaron sus carreras electorales desde sus respectivos formatos televisivos”.

“Los nuevos tiempos hablan de periodistas que dan el salto a la política y de políticos que se creen periodistas (…). Políticos y periodistas que intercambian sus papeles sin rubor y una prensa que ha dejado de ser el rival irreconciliable de la política para ser, a menudo, la misma política”.

“La comunicación del poder ha sido sustituida por el poder de la comunicación. Omnipresente. Inmediato. Constante. La política necesita nutrirse hoy de periodistas y expertos en construir mensajes para responder a la incansable demanda de relatos”.

“Los nuevos tiempos de la información permiten que, incluso, el mayor de los escándalos se difumine entre tertulias, tuits, alertas de última hora y hashtags varios. Y una crisis dura lo que dura un trending topic”.

En México no tenemos todavía un ejemplo como los que menciona Terrasa, pero nos falta poco. Hasta ahora algunos intentos de gente del espectáculo que no han llegado muy lejos, pero el carnaval que ha protagonizado este sexenio el Presidente nos ha puesto en esa ruta. De cualquier forma, y más allá de AMLO, es signo de los tiempos el cambio en esa relación de periodistas y políticos.

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