Karl Kraus (1874-1936) fue un intelectual austriaco que abordó diversos géneros en su vida: ensayista, poeta y dramaturgo. Pero también un destacado conferencista, un maestro de la oratoria que le permitía decir monólogos de Shakespeare, Goethe, Brecht –con gran éxito–, lo mismo que cantar operetas en las que interpretaba a todos los personajes. Kraus fue un hombre crítico, implacable en sus textos y en su vida también. Fundó un periódico y lo mantuvo hasta que murió. Fanático de la precisión en el lenguaje, era el azote de sus colegas periodistas, a la par que un activista social muy respetado. Aprovechando que baja el oleaje de las campañas, van algunos de sus aforismos aparecidos en Contra los periodistas y otros contras (Ed. Taurus).
“Si es verdad que los malos ejemplos corrompen las buenas costumbres, también lo es que los ejemplos buenos lo consiguen en mucha mayor medida. El que tiene la fuerza de ser ejemplo saca a su entorno de quicio, y las buenas costumbres, que conforman el contenido vital de la mala sociedad, están siempre en peligro de ser corrompidas”.
“Algún día, en un momento incontrolado, cuando no se me vaya a ocurrir nada y exista el peligro de que la sociabilidad penetre en mi cerebro, me pegaré un tiro”.
“Es fácil morir por una patria en la que no se puede vivir. Pero como patriota preferiría el suicidio a una derrota”.
“El pintor tiene en común con el que lo es de brocha gorda que ambos se ensucian las manos. Y eso es precisamente lo que diferencia al escritor del periodista”.
“La democracia significa poder ser esclavo de cualquiera”.
“Quizá resultase mejor que los hombres tuvieran bozales y los perros leyes; que se llevara a los hombres con correa y a los perros con religión. La rabia decrecería en la misma medida que la política”.
“El nacionalismo es un hervidero en el que se incrusta cualquier otra idea”.
“Si te han robado algo, no vayas a la policía, a la cual no le interesa el asunto, ni vayas tampoco al psicólogo, a quien sólo le interesa que tú eres quien ha robado algo”.
“Las gentes que han bebido de las fuentes del saber más de la cuenta son una plaga social”.
“La sexualidad mal reprimida ha perturbado no pocos hogares; la bien reprimida ha perturbado el orden universal”.
“Los niños no entenderían por qué los adultos se resisten al placer, y los viejos tampoco lo entienden”.
“El periodista está estimulado por el plazo. Cuando tiene tiempo escribe peor”.
“Ahora, el que exagera puede ser sospechoso fácilmente de decir la verdad. El que inventa, de estar informado”.
“La vida es un esfuerzo digno de mejor causa”.