Leon Opalin

Los judíos marroquíes

Recién escapados de la Unión Soviética, jóvenes parejas se dedicaron de lleno a la comunidad de Marruecos y levantaron una red de escuelas, campamentos y organizaciones de acción social que aún siguen abiertos.

Con material de Menachem Posner.

Los judíos vivieron en Marruecos durante milenos

No se sabe exactamente cuándo se instalaron los primeros judío en Marruecos está claro que ya había judíos desde el comienzo del último exilio (que inició en el 70 de la era común). Al principio vivieron entre las tribus bereberes que dominaban el norte de África y luego en los diferentes regímenes cristianos y musulmanes que gobernaban en la zona. La comunidad vivió periodos de tolerancia y periodos de persecución.

Los judíos fueron muy influenciados por la judería española

La opresión a los judíos españoles los obligó a huir de la Península Ibérica, muchos cruzaron el Estrecho de Gibraltar hacia Marruecos. Con el tiempo, los judíos marroquíes adoptaron las costumbres, los rituales y la identidad sefaradí.

En una época había sinagogas separadas para cada comunidad, pero eso ha dejado de existir.

Sus apellidos reflejan su rica herencia

Los apellidos judíos marroquíes reflejan las raíces bereberes, árabes, españolas y hebreas de la comunidad.

Por ejemplo, Assouline significa “de la roca” en bereber, Abergel implica un hombre con una sola pierna en árabe, y Toledano indica que los antepasados habían sido exiliados de Toledo, España.

También son conocidos como judíos magrebíes

Dado que Marruecos se encuentra en el extremo occidental del mundo árabe, tanto los judíos como los no judíos de la región son conocidos como agrebíes, “occidentales”.

Así como los judíos europeos estaban confinados en guetos los judíos marroquíes estaban restringidos a los melajs. La palabra significa “sal” ya que el área de Melaj en la ciudad de Fez está cerca de una fuente de sal. Se ordenó a los judíos que se establecieran allí ya que estaban cerca del palacio, y así el rey les podía ofrecer protección.

Con el tiempo, el término se extendió a otras ciudades de Marruecos.

En este contexto Shmuel Palache era un comerciante nacido en Fez en el seno de una destacada familia rabínica sefardí. Ayudó a concluir el “Tratado de Amistad y Libre Comercio” entre Marruecos y los Países Bajos en 1610. A pesar de sus muchos logros como diplomático, erudito de la Torá (libro sagrado de los judíos) y líder comunitario, es más conocido por sus actividades corsarias hechas bajo la protección del Príncipe Mauricio de Nasáu.

Los Marrokaim (judíos marroquíes) hacen una celebración especial llamada mimouna, al finalizar Pesaj (la pascua judía). La gente va de casa en casa probando masas y confituras de mesas elaboradas, especialmente una crepe llamada mufleta.

La palabra significa “suerte”. En Pesaj muchos no comen en las casas de los demás ya que no todos siguen las mismas costumbres. La socialización post-Pesaj demuestra que no hay resentimientos.

Antes de que Marruecos se convirtiera en un protectorado francés, muchos judíos pasaron de hablar el judeoárabe y el ladino al francés. En parte, esto se debió a la Alliance Israélite Universelle, con sede en París que operaba una red de escuelas en Marruecos. La agenda de modernización y europeización de estas escuelas a menudo chocaba con la naturaleza tradicional y religiosa de los marroakaim.

Entre los Marroquíes hay una fuerte tradición cabalística (esotérica). Muchos de los grandes cabalistas provienen de Marruecos, incluidos los miembros de la familia Abuharzeira (incluido rabí laakov Abuhatzaira, conocido como el Abir laakov y rabí Israel Abuhatzeira, conocido como el Baba Sali). Los judíos marroquíes tienen una fuerte tradición de estudiar Cabalá y seguir sus enseñanzas.

El Rabí losef Itzjak Schneerson, de bendita memoria, dejo las bases para enviar emisarios a Marruecos.

Recién escapados de la Unión Soviética, donde habían arriesgado sus vidas por el judaísmo, estas jóvenes parejas se dedicaron de lleno a la comunidad de Marruecos (que en ese entonces eran 350,000) y levantaron una red de escuelas, campamentos y organizaciones de acción social que aún siguen abiertos.

Luego del establecimiento del Estado de Israel y la independencia marroquí de Francia, muchos judíos decidieron huir. El grueso hizo alia a Israel, donde hoy son la comunidad más grande después de los ashkenazies. En paralelo algunos con más apego a la cultura francesa eligieron ir a Francia, donde hoy en día son la mayoría de la comunidad. Un tercer grupo emigró a Canadá, especialmente a Quebec donde se habla el francés.

Actualmente unos 3,000 judíos viven en Marruecos, la mayoría se concentran en Casablanca. A pesar de su tamaño reducido, la comunidad judía marroquí sigue vibrante. Con los nuevos lazos diplomáticos con Israel, el futuro de los judíos marroquíes parece más prometedor que en décadas.

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