Hace dos semanas, Marcelo Ebrard, quien aspira a la candidatura presidencial por Morena, presentó un plan conocido como Plan Angel, un acrónimo que significa “Avanzadas Normas de Geolocalización y Seguridad”.
Este plan está fuertemente basado en herramientas que, considero, es mi responsabilidad atender, ya que se inspiran y se fundamentan en la inteligencia artificial y la detección de actividades humanas, ambos campos en los cuales desarrollé gran parte de mis estudios doctorales y mi posterior ejercicio profesional.
Es importante mencionar y enfatizar que este artículo no es ni un aval ni un detractor para que ustedes, queridos lectores, voten o no por Marcelo Ebrard. Busca ser un post que, desde un punto de vista neutral, indique los beneficios y riesgos de la política que está proponiendo y evalúe si es posible o no implementar lo que está mencionando en su propuesta.
Su primera propuesta es el uso de tecnología de reconocimiento facial. Recordemos que esta tecnología ha demostrado tener muchos problemas y presenta numerosos falsos positivos, es decir, detecta rostros erróneos y no es infalible. De la misma forma, recordemos que en Europa, esta tecnología ha sido muy limitada por la propuesta de ley de regulación de la IA, de la cual ya hablamos. Sin embargo, vale la pena mencionar que, en China, esta tecnología ya se usa y es uno de los principales disuasivos del crimen, gracias a la facilidad con la que se puede rastrear a los criminales.
Posteriormente, menciona el uso de tecnologías de análisis de marcha para detectar criminales. Cabe destacar que he visto a varios opinólogos afirmar que esto es más un sueño que una realidad. Pero es un área muy activa de investigación la detección de seres humanos a partir de sus patrones de marcha. Se podría considerar que la marcha de una persona puede ser tan única como la huella digital. Sin embargo, al igual que la detección facial, es una tecnología que puede cometer muchos errores. Aspectos tan sencillos como una lesión o cargar a un niño pueden afectar el patrón de marcha, arruinando así cualquier tipo de patrón previamente detectado.
Y finalmente, la propuesta más ambiciosa, y quizás en la que debamos enfocarnos más, es el uso de un ecosistema basado en la inteligencia artificial, donde todas las bases de datos estén interconectadas.
Vale la pena mencionar que, hoy en día, las distintas bases de datos de las instituciones gubernamentales no están interconectadas, y no existe ni la voluntad ni el esfuerzo tecnológico de hacerlo. Hoy en día, instituciones como el SAT, IMSS o Infonavit manejan sus datos por separado y no hay manera de que el gobierno pueda detectar de forma automática si dichas personas son beneficiarias de alguna asistencia gubernamental de manera eficiente.
Cabe mencionar que, de ser posible, cerrar esa brecha tecnológica de la interconexión de bases de datos, sin lugar a duda, yo utilizaría distintos modelos de IA para poder garantizar un mejor servicio y seguridad para los mexicanos.
La principal aplicación sería poder detectar en tiempo real las necesidades de cada uno de los mexicanos. Por ejemplo, si sabemos que alguien no tiene empleo y está internado en el IMSS, podríamos ofrecer algún tipo de apoyo sin la necesidad de todo el trámite burocrático que esto implica. O si un alumno está en riesgo de reprobar en la SEP, y sabemos que pertenece a una familia altamente marginada, de igual forma podríamos hacerlo acreedor de alguna beca o apoyo para terminar sus estudios. En lugar de lo que se tiene hoy, que son apoyos sin focalizar que muchas veces no logran lo que se pretende.
Todo lo que propone Marcelo Ebrard es posible, y quizás dentro de cierto esquema, deseable. México necesita algo, como China, que nos ayude a poder controlar en tiempo real el crimen y que nos permita sentirnos más seguros. La incógnita, siempre es y será, una vez con estos datos y con esta tecnología, ¿confiamos lo suficiente en el gobierno para que la utilice para el bien de la población?
Recordemos que, en China, gran parte de esta tecnología se usa como herramienta de opresión en lugar de bienestar.
Es importante que estas tecnologías se usen de manera responsable y que existan los organismos y las formas de controlar el acceso a este poder desmedido.