Saludos, estimados lectores. Me complace enormemente aprovechar esta oportunidad para desearles un muy feliz año nuevo y que logren todas sus metas propuestas. Este año ha comenzado con significativos avances en la Inteligencia Artificial, por lo que es un buen momento para empezar a analizar lo que se espera en este 2024 en este campo.
El tema más destacado actualmente es la demanda interpuesta por el New York Times, un renombrado periódico estadounidense, contra OpenAI, la empresa creadora de ChatGPT, en relación al uso de sus artículos para entrenar su modelo de lenguaje conocido como Generative Pre-trained Transformer (GPT). Los documentos de la demanda revelan que, formulando las preguntas correctas, es posible obtener textos idénticos a los de la fuente original, lo cual plantea serias dudas sobre el uso legítimo (“fair use”) de los contenidos del periódico. Por otro lado, se argumenta que el valor de ChatGPT radica en las fuentes utilizadas para su entrenamiento, y dado que OpenAI está obteniendo ingresos por su uso, el New York Times podría reclamar una parte de estos ingresos.
Esta situación es crucial y podría marcar un precedente sobre el tipo de contenido que se puede emplear para entrenar estos modelos de inteligencia artificial. Hasta la fecha, se había asumido que era práctica legítima entrenar modelos con contenido de periódicos de prestigio como el New York Times o el Wall Street Journal. No obstante, si el New York Times resulta ganador en esta disputa legal, podría conllevar a una reformulación de ChatGPT y su reentrenamiento con fuentes de menor calidad. Esto podría desencadenar en un producto de calidad inferior y, en el peor de los casos, en la quiebra de OpenAI, que ha basado gran parte de su estrategia comercial en ChatGPT. Además, se ha empezado a informar que, conforme a nuestras predicciones de meses atrás, el caos interno en OpenAI está haciendo que diversas empresas reconsideren su asociación con ellos para el uso de modelos de lenguaje.
Estaremos atentos al desenlace de esta demanda, ya que podría representar la iniciativa más cercana a una regulación de la Inteligencia Artificial en Estados Unidos para este año. Debido a las elecciones federales, es probable que no veamos otros desarrollos significativos en este ámbito, ya que los implicados estarán más concentrados en sus propias campañas y en las elecciones presidenciales.
En México, nos encontramos en una situación similar, con elecciones programadas para este año. A pesar de los esfuerzos considerables de la Alianza Nacional de Inteligencia Artificial (ANIA), es muy probable que, debido al contexto electoral, no veamos acciones significativas por parte del poder legislativo.
En resumen, si no fuera por las elecciones en ambos países, posiblemente estaríamos presenciando avances importantes en términos de legislación en Inteligencia Artificial. Sin embargo, nuestro enfoque se limitará a observar los efectos que la reciente ley de Inteligencia Artificial de la Unión Europea pueda tener en otros países.
Otro tema de gran importancia es la competencia por el talento en el campo de la Inteligencia Artificial en México. Creo firmemente que México cuenta con un talento excepcional capaz de lograr avances significativos en Inteligencia Artificial, y ya el año pasado se intensificó la disputa por atraer a estos profesionales. Anticipo que este año la competencia se centrará en el liderazgo en Inteligencia Artificial, un aspecto que ha sido algo descuidado en favor de individuos capaces de implementar una visión estratégica en Inteligencia Artificial. En mi próxima columna, planeo analizar distintas empresas, sus estrategias y cómo podrían enfrentar este nuevo año y la emergente revolución de los modelos de lenguaje en la creación de valor.