Finanzas e Inteligencia Artificial

La política de IA de Trump: ¿Innovación a cualquier costo?

Donald Trump enfatiza reducir la supervisión gubernamental para fomentar la innovación y mantener la ventaja competitiva de EU.

En el momento de escribir este artículo, Donald Trump está listo para convertirse una vez más en el presidente de los Estados Unidos. Las predicciones sugieren que también asegurará una mayoría tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, lo que le facilitaría implementar sus políticas sin mucha oposición. Esta mayoría le permitiría llevar adelante su agenda sin resistencia significativa, una situación que pocos presidentes han experimentado antes. En esta columna, el enfoque está en la inteligencia artificial (IA) y en cómo la postura de Trump podría moldear su futuro en EU y a nivel global.

La mayoría de la regulación de la IA en los EU se ha centrado en restringir la tecnología, priorizando la seguridad pública, la privacidad y la responsabilidad. En marcado contraste, China ha adoptado un enfoque más laissez-faire, fomentando un rápido avance de la IA incluso a riesgo de pasar por alto cuestiones éticas y de seguridad. Por ejemplo, China ha invertido considerablemente en la implementación de sistemas de reconocimiento facial y vigilancia masiva, utilizando IA para monitorear a sus ciudadanos, lo que ha generado preocupaciones sobre la privacidad y el control estatal. Mientras tanto, Europa ha impuesto estrictas regulaciones para asegurar que la IA se alinee con los valores humanos, destacando estrategias globales divergentes y potencialmente haciendo que Europa quede rezagada frente a otros países en la innovación de IA debido a su riguroso enfoque regulador.

Trump enfatiza reducir la supervisión gubernamental para fomentar la innovación y mantener la ventaja competitiva de EU. Durante su presidencia, Trump inició la “Iniciativa Estadounidense de IA”, alentando asociaciones entre el gobierno, empresas tecnológicas y el mundo académico. El objetivo era reducir las barreras burocráticas y estimular la investigación en IA, asegurando que EU se mantuviera a la vanguardia en la carrera global.

Como parte de su campaña de 2024, Trump prometió derogar la orden ejecutiva de Biden sobre la IA, que obligaba a realizar pruebas de seguridad y otras regulaciones. Argumentó que dichas normas frenan la innovación y favorecen a las empresas establecidas sobre los actores emergentes. En su lugar, Trump propuso reducir las regulaciones y potenciar las aplicaciones militares de la IA, con usos específicos como drones autónomos, análisis de inteligencia impulsado por IA, sistemas de apoyo a la toma de decisiones y medidas avanzadas de ciberseguridad. Ve la IA como una herramienta crítica tanto para el crecimiento económico como para la seguridad nacional.

El enfoque militar de Trump apunta a mejorar las capacidades de defensa de EU mediante herramientas impulsadas por IA. Esta postura desreguladora ha ganado el apoyo de figuras influyentes de la tecnología como Elon Musk y Peter Thiel, quienes abogan por restricciones regulatorias mínimas para mantener el liderazgo de EU en la IA. Argumentan que una regulación excesiva sofoca la innovación, señalando el rápido crecimiento de internet bajo una supervisión mínima. Tanto Musk como Thiel se volvieron particularmente vocales en su apoyo a Donald Trump durante la última parte de su campaña, lo que probablemente los posicionará de manera prominente en la configuración de la política de IA en EU. Cabe destacar que Elon Musk lanzó recientemente su nueva empresa de IA, xAI, señalando su profundo interés en avanzar en la tecnología de IA.

Dado todo esto, los próximos cuatro años podrían conducir a un auge en el desarrollo de la IA en EU, aunque con el riesgo de eliminar muchos de los controles y equilibrios que los investigadores más cautelosos abogan por mantener. Incluso Yann LeCun ha mostrado cierto grado, de acuerdo con la desregulación propuesta por Trump, señalando que un exceso de regulación podría frenar el progreso tecnológico.

Sin embargo, a medida que el mundo se encuentra al borde de una era transformadora, el desafío será encontrar un equilibrio entre fomentar una rápida innovación y garantizar que el desarrollo de la IA sea seguro, ético y beneficioso para la sociedad en su conjunto. Las decisiones que se tomen en los próximos años establecerán la trayectoria de la IA no solo en EU, sino en todo el mundo, convirtiendo este momento en un punto crítico para el liderazgo reflexivo y la acción deliberada.

El debate sobre la regulación de la IA en los Estados Unidos está lejos de resolverse, pero lo que está claro es que los próximos años serán cruciales para definir el rumbo de esta tecnología. Con un enfoque desregulador que busca impulsar la innovación y asegurar una ventaja competitiva, Trump y sus seguidores enfrentan la difícil tarea de equilibrar el potencial económico con la necesidad de mantener estándares éticos y de seguridad. La pregunta que queda es si la innovación puede prosperar sin restricciones o si se necesitan salvaguardas para garantizar un futuro seguro y equitativo para todos.

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