Si bien los demócratas ganaron ya 50 asientos en el Senado de Estados Unidos, lo que les garantiza, hasta ahora, una estrecha mayoría, una potencial victoria esta noche en la segunda vuelta electoral para el asiento senatorial de Georgia podría significar un voto extra de repuesto, por aquello de las votaciones cerradas.
El senador demócrata en funciones Raphael Warnock enfrentará hoy, por segunda vez, al contendiente republicano, Herschel Walker, una exestrella del futbol americano, elegido y aprobado por Donald Trump, que ha avivado los vientos conservadores en un estado profundamente dividido.
Lo que hoy está en juego es alcanzar un Senado americano con 51-49 a favor de los demócratas, o un cerrado 50-50 con la ventaja minúscula de la vicepresidenta Kamala Harris como voto de desempate, en su calidad de presidenta pro tempore del Senado americano. Todo esto por dos años en que Biden concluirá su presidencia y se convocará a nuevas elecciones federales y estatales en 2024.
Pero hay más en juego, mucho más.
De entrada, no sólo una mayoría ligeramente más cómoda, sino los números suficientes para encabezar comités que han estado en manos de los republicanos los últimos años.
En el contexto político estadounidense, también hay otros elementos por definirse con el resultado de esta noche.
Trump terminó como el gran perdedor en las pasadas elecciones de medio término (8 de noviembre), en las que muchos de sus candidatos fueron rechazados por el electorado.
El Partido Republicano enfrenta la encrucijada de desprenderse, de una vez y por todas, del tóxico, nocivo y manipulador Trump, quien ejerce de gran jefe del partido, radicalizando posiciones conservadoras.
Lo cierto es que aún hay millones de estadounidenses que le profesan simpatía y admiración, aunque las últimas encuestas señalan que a la baja.
Ron DeSantis, gobernador de Florida, ha asumido una línea más independiente y muy probablemente podría desafiar a Trump en la contienda por la candidatura presidencial en un año.
Pero hay otro actor que pudiera verse beneficiado esta noche con una eventual victoria demócrata: el gobernador Brian Kemp, quien es republicano, pero ha marcado total distancia del radicalismo a ultranza de Trump. Es más, fue Kemp quien se reveló a las presiones del aún presidente en la noche electoral de 2020, cuando fue derrotado por Joe Biden, para manipular los conteos de votos en Georgia y otorgarle la victoria a Trump.
Si hoy gana Warnock y Walker es derrotado, la línea trumpista resultará anulada en Georgia y la figura de Kemp crecerá como un potencial aspirante presidencial republicano para 2024.
El expresidente Obama hizo campaña en Atlanta hace unas semanas, donde señaló que es vital la victoria demócrata para evitar que los republicanos puedan impulsar una legislación federal en contra del aborto, si consiguen controlar el Senado.
Herschel Walker hizo una campaña totalmente falaz al pronunciarse en contra del aborto, como señalan los cánones republicanos, cuando es sabido que él mismo pagó e impulsó a por lo menos tres mujeres a practicarse abortos después de resultar embarazadas por relaciones con el exfutbolista.
Pero ese tipo de hipócritas inconsistencias son comunes entre el trumpismo. Para sus seguidores no representa un motivo de rechazo o cuestionamiento.
Si Walker es derrotado, Trump tendrá que guardar silencio y dar otro paso en retroceso a sus aspiraciones por regresar a la Casa Blanca.
El expresidente sigue además con derrotas judiciales. Apenas el jueves, una corte de apelaciones rechazó la sentencia de una juez federal de Florida (designada por Trump antes de salir de la Casa Blanca) para impedir al Departamento de Justicia continuar su investigación sobre los papeles de Mar-a-Lago, los documentos confidenciales de seguridad nacional que Trump sustrajo de la Casa Blanca, e imponer un perito especial. La corte echó por tierra el fallo, se deshizo del perito y otorga ahora total libertad al Departamento de Justicia para determinar el nivel de gravedad en los documentos encontrados en poder de Trump y, en consecuencia, formular cargos.
Además de este caso, el expresidente está envuelto en otros cinco juicios, que van desde la defraudación fiscal de su organización de bienes raíces en una corte de distrito en Nueva York, hasta los hoy comprobados actos de terrorismo o, por lo menos, promoción de ellos en los ataques al Capitolio en enero 6 de 2021.
Uno más apareció hace unos días, con una mujer que afirma haber sido violada por Trump en un almacén comercial hace más de una década.
Si la victoria de Warnock se confirma esta noche, le puedo asegurar a usted que Donald Trump no será candidato republicano a la presidencia en 2024.
La oscura noche del populismo de extrema derecha habrá, por lo menos, cerrado este capítulo, aunque de ninguna forma se habrán cerrado las heridas y la confrontación que Trump incendió desde la Oficina Oval.