La Aldea

La entrega de Valle

El PRI y el gobierno del Edomex optaron por doblar las manos y retirar a la candidata de la contienda por Valle de Bravo, a pesar de sus excelentes resultados en las urnas.

Por razones inexplicables el PRI del Estado de México y el gobierno de Alfredo del Mazo decidieron retirar a Zudikey Rodríguez de la campaña. Sí existió como se documentó oportunamente la amenaza frontal, directa del crimen organizado proveniente de Michoacán, en contra de la vida de la candidata. “O te bajas, o te matamos a ti y a tu familia”, le dijeron a mediados de mayo.

A partir de ese momento, no se le permitió hacer nada. Alejandra del Moral –líder del PRI mexiquense– tomó bajo su responsabilidad personal el resguardo y la seguridad de Zudikey: fue trasladada a la Ciudad de México, hospedada en un departamento en Polanco bajo vigilancia permanente. En algún momento la exatleta decidió regresar, tener apariciones públicas, mítines para evitar perder el creciente apoyo del electorado. Una ventaja de 10 puntos sobre su contendiente de Morena, Michelle Núñez, tenía en ese momento.

Del Moral, el secretario Nemer del gobierno estatal y el gobernador ordenaron su protección y resguardo total.

Estuvo solamente 15 días en campaña, con una desventaja de 16 puntos de arranque, que revirtió con su buena imagen y presencia frente a la comunidad. Tal vez fue eso lo que preocupó a sus contendientes, cuando le expresaron en aquel viaje obligado, cuasi secuestro con su esposo: “tenemos indicaciones de Michelle y de Horacio de que te bajes de la campaña, o si no, ya sabes lo que te pasa”.

Nada de mensajes en redes, ningún evento público, ausencia total de la campaña, le dijeron ‘sus jefes’ los del PRI, por su protección y seguridad. “No vale la pena -le dijo Alejandra del Moral- un cargo público por tu vida o la de tu familia”.

Finalmente, rumbo al cierre de campañas, planearon dos eventos en Colorines y en Valle de Bravo, donde Zudikey pudiera aparecer y reafirmar su compromiso, afianzar la confianza de los votantes. Hubo amenazas contra el esposo, Patricio, atleta y deportista reconocido. El Comité Directivo Distrital eligió cancelar los eventos. Nada. No se le permitió acto o evento alguno.

La noche del 6 de junio, los votos iban parejos, Zudikey en ausencia, dio la batalla y la victoria de Michelle fue por pocos puntos de ventaja.

Hoy Zudikey admite errores. Afirma que encontraron infiltrados en su campaña trabajando para Morena, operando a favor de su contrincante. Ya se verán –dice– cuando tengan cargos en la nueva administración.

Al paso de los comicios evaluaron la alternativa de la impugnación e integraron una carpeta de evidencias causales de nulidad con tres elementos: irregularidades en casillas a favor de Morena, detectaron 14, de las que pudieron reunir elementos probatorios en cuatro. Los abogados del PRI decidieron que no había suficiente evidencia.

El segundo elemento fueron gastos excesivos de campaña, donde afirmaron los mismos abogados del partido, no tendrían efecto alguno. Y finalmente, el tercer elemento fue la denuncia de amenazas, que está vigente y en curso por parte de Zudikey, su esposo y su tío, a la que le otorgan pocas posibilidades.

El PRI le dijo con toda claridad, “mejor no impugnar y poner en riesgo tu situación”.

Hoy Zudikey no ha vuelto a Valle de Bravo. Tiene miedo, y espera que en otro momento la vida le permita una nueva oportunidad para servir a su comunidad. Sólo espera que “las cosas se enfríen un poco”.

Al revisar esta relatoría de hechos, llama la atención la aparente renuncia del PRI a la plaza, a esa cabecera municipal de relevante importancia por la presencia de múltiples capitalinos. Es difícil adelantar conclusiones, pero los indicadores apuntan a que el PRI estatal y el gobierno optaron por doblar las manos, retirar a la candidata de la contienda, a pesar de sus excelentes resultados en las urnas.

Residentes de Valle de Bravo externan grave preocupación. Aumentan los incidentes de violencia, asaltos, robo de automóviles, presencia de supuestos maleantes en las calles.

Alguien habrá de responder si esto fue objeto de un pacto político entre partidos, con el crimen organizado, o una larga cadena de infortunios.

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