La Aldea

Alianza cuesta arriba

Va por México deberá buscar el reemplazo de los liderazgos partidistas, antes de anunciar una candidatura en común, si es que pueden alcanzar ese objetivo.

Aparecen más dinamiteros que constructores, más inclinados al boicot que a la conciencia evidente de que con candidaturas individuales, no van a ningún lado.

Empecemos con Dante Delgado y Movimiento Ciudadano, quienes con estrategia, astucia, cálculo político han ido construyendo al partido joven con mayor crecimiento de México en los últimos cinco años.

Sus conquistas en Jalisco y Nuevo León lo colocan en una posición clave para sentarse a negociar de igual a igual con el PRI y el PAN. Aunque no tiene presencia electoral (PRI, 17 por ciento; PAN, 18 por ciento; MC, 7 por ciento) es el partido con menos pasado y, en consecuencia, con menos cola que le pisen. No tiene funcionarios deshonestos, carece de exgobernadores o legisladores enriquecidos a costa de sus cargos. Y eso le otorga ventaja.

En contraste, el PRI registra los negativos más altos en todas las encuestas, su propio desgaste político, su larga historia de corruptelas y negocios a costa del poder, se agravan con el desatinado liderazgo de Alito Moreno y su perniciosa cercanía con AMLO, recientemente traicionada al rechazar la reforma eléctrica en la Cámara de Diputados.

El PRI se ha convertido en un grave lastre para la Alianza opositora.

El PAN, por su parte, ha sido incapaz de cerrar filas, sanar heridas internas y proyectar a un partido renovado bajo un liderazgo fuerte. La aplanadora de Morena los dejó tan cimbrados que no han encontrado la forma o el camino para posicionar una oposición reconocida por el electorado.

El PRD navega por la sobrevivencia de su registro, adherido a las dos fuerzas contra las que se enfrentó por décadas.

Va por México deberá buscar el reemplazo de los liderazgos partidistas, antes de anunciar una candidatura en común, si pueden alcanzar ese objetivo.

Ante este escenario la Alianza se ve cuesta arriba y el tiempo corre en su contra.

Han sido incapaces de determinar un mecanismo para el concurso o selección interna de candidatos.

Han sido incapaces de proyectar una imagen unificada con un proyecto de país claro, definido, que apele al electorado.

Toda esperanza del creciente sector anti-AMLO y anti-Morena en el país, se diluye ante la confusión e inquietud que provoca la ausencia de rostros, de figuras reconocidas y sus posicionamientos.

Esta semana ha sido fundamental, puesto que Enrique de la Madrid, funcionario y servidor público brillante y ejemplar, decidió dejar la estrategia del discurso soft, las reuniones a puerta cerrada y los llamados a misa de las cúpulas y las clases medias, para lanzarse de frente contra el caudillo: “Si llego a la Presidencia –dijo De la Madrid– cancelaré el AIFA y se los devolveré a los militares”.

Escuchó a algún asesor que le dijo lo que todo estratega de comunicación sabe: hablarle a los mismos, no sirve de nada, es un diálogo circular.

Los y las candidatas de oposición tendrán que buscar conectar con la base de la pirámide sociodemográfica; salir a la plaza pública, enfrentarse a la población abierta, arremangarse las mangas y hacer campaña de calle en calle y plaza en plaza.

Ahí está la fortaleza de Morena, y no sólo por la escuela de su líder, triunfador indiscutible en la arenga pública y popular, sino porque hoy son dueños de esos espacios.

En total 21 estados de la República son gobernados por Morena, son operadores del Presupuesto y dueños de cada rincón territorial. ¿Cómo cree usted que van desempeñarse los gobernadores pejistas en la campaña para 2024?

Pues como todos sabemos, para desgracia de México, en la reproducción de las prácticas más perversas, sucias y corruptas que los partidos anteriores dejaron como legado: con uso irrestricto del presupuesto a favor de sus candidatos, con movilización de recursos, personal, aparato y músculo territorial para posicionar a los suyos.

No será de otra manera, si ya hoy vemos a las corcholatas en la franca ruptura de la ley en plenos actos de campaña anticipada. El Tribunal Electoral emitió sentencia y sanciones contra Claudia Sheinbaum por violar la ley en la consulta de revocación de mandato, ¿qué podemos esperar?

La Alianza luchará contra corriente ante un escenario complejo, de competencia dispareja e ilegal. Y si a esto sumamos liderazgos diezmados, carentes de respaldo y unidad partidista, fracturados al interior de sus organizaciones, el panorama opositor se ve, francamente, cuesta arriba: no invencible, pero extremadamente complejo.

COLUMNAS ANTERIORES

La última humillación
El club de los optimistas

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.