La Aldea

AMLO y la debacle educativa

La famosa Nueva Escuela Mexicana es un programita pobre, improvisado, que no sustituye la envergadura de la reforma que ellos cancelaron.

El desinterés de esta administración por mejorar la calidad educativa está a la vista. Las cifras difundidas por la OCDE y su prueba PISA, exhiben un retroceso significativo en tres áreas fundamentales: comprensión lectora, matemáticas y ciencias.

México ha ido para atrás, ha perdido posiciones y descendido en comparación con el desempeño de otros países.

“¡Zafo!”, dijo el presidente, con una más de sus ocurrencias chocarreras y francamente insulsas para evadir la responsabilidad: “son neoliberales”, señaló al rechazar los resultados de PISA.

Con la eterna cantaleta de los neoliberales, ha sumido a este país en una espiral de abandono, desprecio y rechazo absoluto por la educación pública.

Pareciera una contradicción en un hipotético gobierno autollamado de izquierda, pero en el fondo no lo es.

Para López Obrador es mucho más rentable políticamente mantener tranquilos y contentos a los sindicatos (SNTE, CNTE) del magisterio, a quienes les prometió —y cumplió— desmantelar la reforma educativa del gobierno anterior (la “mal llamada reforma educativa”).

Durante 5 años castigó programas de formación docente, exprimió presupuestos, canceló desayunos escolares y estranguló a la SEP. Designó a un rosario de ineptos e incapaces al frente de la Secretaría (lleva tres titulares: Esteban Moctezuma, Delfina Gómez y Leticia Ramírez, cada uno peor que el otro).

Pero de la misma forma que complació a los sindicatos al eliminar la evaluación y al propio INEE (Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación), les advirtió con toda claridad que no había más plazas y no sería rehén de sus marchas recurrentes. Resultado: en todo el sexenio no ha habido una sola marcha, pero en lo oscurito les conceden lo que piden.

Todo indica que la luna de miel está por terminarse y que, el próximo mes de mayo, veremos protestas magisteriales.

Pero en los hechos, AMLO abandonó la educación. No le interesó, no impulsó un nuevo modelo ni una renovación destacada.

Encargó a otro rosario de incompetentes el diseño de un nuevo libro de texto que resultó un desastre. Al grado de que los maestros no lo usan por malo, inacabado, rebosante de errores.

La famosa Nueva Escuela Mexicana es un programita pobre, improvisado, que no sustituye la envergadura de la reforma que ellos cancelaron.

El impacto está a la vista. Un sistema educativo desprovisto de herramientas, con graves estancamientos en habilidades y competencias, con retrocesos en evaluación y con rezagos en aprendizajes.

Sí, nos golpeó la pandemia, pero al mundo entero también. Y aquí no se tomaron medidas pertinentes para actualizar programas, reducir rezagos, complementar aprendizajes perdidos.

Esta se llamará la generación de la pandemia, porque las habilidades lectoras, de comprensión, de matemáticas y ciencias serán muy pobremente desarrolladas, lo que producirá una generación completa con serias desventajas competitivas en el mundo laboral. Mano de obra barata, apenas capaz de realizar tareas básicas de maquila, manufactura primaria y servicios.

La 4T proyecta un país de pobres, mal preparados, incapaces de competir en un mundo globalizado.

Con el nearshoring tocando a la puerta y entrando al vestíbulo nacional para instalarse en distintas áreas, seremos incapaces de ofrecer trabajadores de avanzada, con capacidad de comprensión para procesos industriales complejos, idiomas, sistemas, coding y cultura digital, entre otros.

Uno de los legados más nocivos e imperdonables en la dimensión histórica de Andrés Manuel, será esta generación de mexicanos incapaces de enfrentar al mundo con habilidades y competencias del siglo XXI.

Por si faltaran elementos, este gobierno pretendió ideologizar los contenidos educativos, agregando interpretaciones sociales sesgadas, tendenciosas e imparciales.

Niños que no comprenden lo que leen, que no son capaces de realizar tareas básicas de metacognición, análisis, síntesis, son los que la 4T heredará a México.

COLUMNAS ANTERIORES

La terca retórica
La oscura mano de Andrés

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.