La Aldea

El botín nacional

Abusados y vivos, como son los políticos, recaudan con el nombre de Claudia Sheinbaum y del movimiento, recursos que nadie audita, revisa o comprueba que lleguen al destino.

Inicia el año y el lodo de los partidos en su lucha por el poder se desborda en vergonzosa abundancia.

Morena, en el poder, impoluto y ejemplar —según su propia narrativa—, exhibe de forma escandalosa los jaloneos por puestos, cargos y dineros que se disputan para ‘la campaña’ —presidencial— y para ‘las campañas’ en estados, municipios y el Congreso.

La aún directora de la agonizante Notimex, Sanjuana Martínez, denuncia en un artículo publicado en La Jornada —otra inexplicable acción de rebeldía morenista— la extorsión de sus superiores para otorgarle los fondos correspondientes a la liquidación laboral de colaboradores y empleados de la agencia de Noticias: 20 por ciento le pidieron y para ella, a cambio de su silencio, 11 millones de pesos.

El presidente, desde su palaciego cinismo, demanda ¡pruebas! de semejantes acusaciones.

La periodista le responde que los sobornos nunca entregan factura.

Pero en los círculos internos de la campaña morenista, se sabe que la mismísima Dra. Sheinbaum ha girado instrucciones enérgicas para desautorizar a dos o tres ‘adelantados’, que, en su nombre, piden dineros a gobernadores, empresarios y municipios. “Es para la campaña… ahí tú sabes si quieres quedar bien con la doctora”.

Abusados y vivos, como son todos los políticos, recaudan con el nombre de Claudia y del movimiento, recursos que nadie audita, revisa o comprueba que lleguen al destino para el que fueron “cordialmente” recaudados.

La rebatinga por los dineros.

Así que si a usted le piden, solo tome precauciones de reunirse con la propia candidata para comprobar que los fondos son, en efecto, para la campaña ‘grande’ y no para el bolsillo pequeño de muchos ‘espontáneos’.

En la tienda de enfrente las cosas están que arden. Marko Cortés, presidente nacional del PAN, hizo berrinche y pataleta y acusó al gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez, de que no le cumplió los acuerdos.

Tuvo la osadía el preclaro estadista del blanquiazul, de subir a redes una foto del acuerdo, firmado por Alito, Markito y Manolito, donde se reparten distritos, alcaldías, diputaciones y ¡escuche usted! hasta notarías.

Toda alianza partidista presupone la división del territorio, la estratégica separación distrital para competir con candidatos de una y otra fuerza, a partir de sus zonas de fortaleza entre votantes.

Pero ¡¡¡las notarías!!!

Son una retahíla de hampones… todos. Esto es para mí, esto para mi compadre y aquello para ustedes. Es el botín nacional, donde los partidos llevan mano desde siempre.

Aunque corran los discursos de “la honestidad valiente” —¿Cuál? ¿La de sus hijos? ¿La de los amigos de sus hijos y sus empresas? ¿De la lucha implacable contra la corrupción?—, el negocio continúa, solo que ha cambiado de manos.

La izquierda histórica se quejó por años de los desvíos multimillonarios y los sobregastos de campaña —los Amigos de Fox (2000); el caso Monex (2006); la ‘estafa maestra’ (2016-2017)— para impulsar candidatos del PRI y del PAN.

Hoy sucede lo mismo con Morena, ¿dónde están los 15 mil millones de Segalmex? ¿Dónde están los presupuestos de Canal 11, Canal 22, Televisión Educativa y lo que alguna vez fue Cepropie? Todo a las campañas, a los bolsillos de los operadores, los líderes regionales, los operadores partidistas. Es el botín nacional, temporada de campañas y además, con el oficialismo dispuesto a todo por permanecer en el poder.

La comparsa de Movimiento Ciudadano lanza a un nuevo candidato impulsado por el mismo ‘fosfo-fosfo’ de Nuevo León, el que estuvo a punto de que se le acabara el negocio.

No van a ganar, no van a tener un impacto serio en la presidencial, pero hay una franquicia y un negocio que cuidar: si pierden el registro, se acabó la maquinita expendedora de billetes.

MC demostrará, en las siguientes semanas, su auténtico juego, al transparentar su ataque y artillería hacia el Frente Amplio opositor, o hacia Morena y sus rémoras. ¿Pretenderán ser una auténtica tercera vía alternativa? ¿Serán ariete y comparsa de Morena para golpear a este tambaleante PRI-PAN-PRD?

Viviremos los siguientes cinco meses y medio de la tragicomedia nacional, entre la rebatinga de puestos y cargos, la rebeldía de internos y resentidos, pero sobre todo, por el botín nacional.

Una buena comisión en temporada electoral le puede cambiar la vida a un mando medio de partido, agente, operador territorial, pseudo líder sindical que promete y compromete votos.

La rueda del negocio electoral gira con miles de millones, la mayor parte de ellos, de dineros públicos que —hipotéticamente— son de todos los mexicanos.

COLUMNAS ANTERIORES

La última humillación
El club de los optimistas

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.