Se dice que el derecho de piso es el cobro que realizan delincuentes a los ciudadanos para no ser víctimas de un delito, como puede ser un daño en sus propiedades o en su persona. Sí, es una modalidad de extorsión.
Bueno, ¿qué pasa en el órgano desconcentrado Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam), de Víctor Hernández Sandoval, con el tiempo extra? Si bien es derecho de los trabajadores para que sean retribuidos por el tiempo que trabajan en exceso, en los últimos dos años pareciera se ha convertido en un instrumento de corrupción de un puñado de funcionarios que han encontrado en este concepto una forma de aumentar sus ingresos considerablemente y de forma ilegal, obvio, sin ser sancionados.
Este concepto de pago de tiempo extra es normal en el personal operativo, pero… ¿los funcionarios de niveles de mando también cobran tiempo extra? Sí, en el Seneam sí, ¡y de qué manera! Por este concepto, generan ingresos de hasta un millón de pesos cada cuatro meses, adicionales a su sueldo ordinario. Pero no es ingreso limpio para el funcionario, pues se trata de un acuerdo con aquéllos del más alto nivel (sólo hay un mando de alto nivel) para “devolver por fuera” parte de ese beneficio mal habido.
Sí, es correcto, es una especie de cobro de piso, donde entre dos personas o más coludidas, se reparten el botín: lo pagan a uno de ellos y éste lo reparte una vez que se encuentra en su bolsillo.
Aquí no entendemos cómo es que el Órgano Interno de Control en esa dependencia o alguna autoridad fiscalizadora, como la ASF, no han revisado por qué los mayores montos erogados por ese concepto recaen solamente en unas cuantas personas que, además, son servidoras públicas de mando.
¿QUE POR QUÉ NO DENUNCIAN?
Bueno, ya se ha sabido de las represalias para quienes se atreven, eso… también es obvio. Todos sabemos cómo a la llegada de Víctor Hernández fue despedido un sinnúmero de controladores aéreos argumentando que existía una mala relación con el sindicato, que, por cierto, siempre fue ejemplo internacional de una operación con mucha experiencia. No como ahora, que un día sí y otro también se presentan fallas en el control del tránsito aéreo, no sólo del AICM.
Aquí algunos nombres de los “servidores públicos” que participan en esta forma de corrupción: Ramón Eduardo Lee (quien, por cierto, fue despedido del Centro de Capacitación por hacer “recomendaciones” a sus alumnos sobre cómo hacer trampa para faltar a su trabajo). Un experto en hacer trampas. Basta con leer su declaración patrimonial, en la que, a pesar de decir que entró (o reingresó) en 2018 a Seneam, no reporta ingresos. ¿Cómo es posible? Sí, sí lo es. Ahora está en la lista de las nuevas generaciones para “instruirlos” en tránsito aéreo.
Otros nombres que se dice “cobran muy bien el tiempo extra”, aunque luego tienen que repartir a sus jefes, son Humberto René González, Jorge Arturo Mendoza, Abraham Velázquez, César Martín Rosales y su hermano Iván Rosales, Agustín Rolón, entre otros. La lista es de aproximadamente 30 personas adscritas al Centro México. Habría que revisar si esto mismo ocurre en el resto del país.
Lo que es inaudito es la capacidad de este grupo de secuaces que no tiene llenadera, para encontrar cómo sacar provecho indebido y exprimir al máximo al Seneam. Los fiscalizadores deben actuar y no esperar a que se les entregue información de estos actos.
Señores auditores, basta con que revisen los conceptos erogados en esa materia; revisen si están justificadas inclusive, pues hay fotos que circulan entre el personal de Seneam en las que solamente se quedan a dormir, o llegan a checar y se van, pero tan cobardes que amenazan a quien ellos creen que tomó las imágenes.
Neta, hoy hay un desmother en el Seneam y en la SCT no se hace nada, ¿o será que también recibirán parte de la tajada? ¿O los están premiando por esconder todo lo relacionado con el rediseño del espacio aéreo de la zona metropolitana de la CDMX?
Por cierto, son los mismos a los que les ordenaron crearse cuentas en las redes sociales y desmentir las incómodas notas periodísticas para Seneam, hacer capturas de pantalla y enviarlas para comprobar que cumplieron su cometido.
ERRORES QUE CUESTAN VIDAS
Platiqué con varios exfuncionarios de la vieja SCT, sí, la neoliberal, y todos de distintos niveles y distintas áreas me dijeron más o menos lo mismo.
Seneam era algo muy cuidado, nadie se atrevía a recomendar a alguna persona, todos entendían que ahí sólo deberían ir técnicos con la más alta especialidad; ni valía el 90% de lealtad y 10% de eficiencia. En esa época era 100% de eficiencia y eficacia. “Con el Seneam no puedes jugar, un error puede costar muchas vidas”.
El único mérito de Víctor Hernández, ex-OACI, es haber dicho que sí era posible la operatividad de los dos aeropuertos y haberse acercado al entonces secretario Jiménez Espriú a decirle lo que querían escuchar. Hoy sólo hay amigos de Víctor en el Seneam.
“No sé si sea mala fe, absoluta ignorancia de lo que es el Seneam o que tenga relación con el rediseño al espacio aéreo. ¿Algo quieren ocultar? A los viejos trabajadores del Seneam que no permitieron este cambio, ¿por eso los corrieron? ¿Santa Lucía no es operable con los márgenes de seguridad que se debe?”.
Sin duda, son preguntas que nos debemos hacer…
Si pasa un accidente, ¿a quién se castigaría por omisión? ¡Porque ese delito ya es aplicable!